La incapacidad de decidirse entre un huevo revuelto y uno frito

MolinoSuzanne Collins | Amanecer en la cosecha - 5a entrega de la serie Los juegos del hambre | Molino | 491 páginas| 21,85 EUR
Quienes hayan leído las novelas de Los juegos del hambre de Suzanne Collins, que han obtenido numerosos premios desde 2008, quizá se pregunten si realmente la quinta novela, Amanecer en la cosecha, es siquiera necesaria. Al fin y al cabo, Collins está contando esencialmente una historia que ya ha contado en libros anteriores. En concreto, resultan demasiado familiares los pasajes en los que, para satisfacer la amarga moral del autocrático gobierno central, que con ello pretende recordar la devastadora guerra civil del pasado, los protagonistas adolescentes se exterminan unos a otros en una versión hipermoderna del Coliseo romano.
Sin embargo, esto no se debe únicamente a las tres primeras novelas, en las que la adolescente Katniss Everdeen se empodera y cuestiona el poder del Capitolio, el gobierno central de unos Estados Unidos distópicos. Y, por supuesto, tampoco se debe sólo al trasfondo de la Antigüedad, familiar para muchos lectores, al que Collins hace referencia: según el mito de Teseo y el Minotauro ya los antiguos griegos enviaban siete muchachos y siete muchachas de Grecia a Creta como tributo. Quizá se deba a las adaptaciones cinematográficas, que han tenido más éxito que las novelas y, desde el punto de vista cinematográfico, resultan más emocionantes que el lenguaje sencillo con el que Collins narra su historia aunque su imaginería visual tenga un impacto duradero. Pero la razón principal, sin embargo, podría ser el éxito de nuevos formatos como la serie de televisión surcoreana El juego del calamar, en la que unas personas se matan entre sí en una arena con la esperanza de que al menos una de ellas logre, mediante la victoria, escapar de una vida precaria hacia un futuro mejor. O las oleadas de superventas de Dark Romance de la literatura New Adult, que han tenido un éxito arrollador, y en las que especialmente las chicas jóvenes son expuestas a zonas moralmente grises, donde la violencia y la opresión a menudo ocupan el centro de la trama sin ser cuestionadas en lo más mínimo.
Si bien la violencia también desempeña un papel central en la obra de Collins, a diferencia de lo que ocurre en los formatos previamente descritos, está motivada políticamente. Este ya era el caso desde principio de la saga, y el éxito literario de Collins no fue casual en un momento en el que las autocracias y el populismo comenzaban su avance global. Collins también comenta explícitamente en su último volumen que se vio influida por David Hume y sus ideas. Éstas muestran una humanidad en la que unos pocos gobiernan siempre sobre la mayoría. La actualidad de estas reflexiones queda ilustrada no sólo por el triunfo mundial de los sistemas autocráticos y dictatoriales frente las democracias, sino también por la forma en que estos sistemas acceden al poder: con frecuencia son los votantes jóvenes quienes consideran que la libertad es demasiado exigente y prefieren un liderazgo «fuerte». Esto es tan cierto en Filipinas como en EE.UU., Alemania o Argentina.
La serie Los juegos del hambre de Collins muestra claramente hacia dónde conduce este comportamiento electoral y qué se siente al dejar de ser libre. Lo importante que es mostrar esto se puede ver en un desarrollo comparable tras la Segunda Guerra Mundial. Mientras los testigos contemporáneos seguían vivos y podían hablar de lo que significaba ser conducido a la guerra y al genocidio por una dictadura como la del Tercer Reich, su testimonio también parecía ser una especie de escudo protector frente a futuros males. Pero con la muerte de los últimos testigos, este hechizo parece haberse roto.
Si bien la literatura no puede sustituir por completo a esos testimonios directos, sí puede contribuir a reconocer los mecanismos y a prepararse políticamente. Con el cuarto volumen (Balada de pájaros cantores y serpientes, 2020) y ahora el quinto, Collins adopta un enfoque muy «cinematográfico». Utiliza la técnica de las precuelas, es decir, cuenta una precuela de la historia central de los tres primeros libros, en la que la carismática Katniss se empodera por sí misma. En Balada de pájaros cantores y serpientes, Collins retrocede 50 años para mostrar cómo el inicialmente simpático Coriolanus Snow se convierte en el tirano del que se nos habla en los tres primeros volúmenes. Se trata de una sólida historia de formación de un dictador que no sólo muestra que, en última instancia, cualquier persona puede corromperse por el poder, sino también que toda democracia es vulnerable precisamente por esa posibilidad de corrupción.
En Amanecer en la cosecha, Collins retrocede ahora 24 años. Mientras que en la primera precuela describe el proceso de maduración del «poder», en Amanecer en la cosecha tematiza el proceso de maduración de las «víctimas», de los gobernados. Pero muy diferente a Katniss en los tres primeros volúmenes es Haymitch Abernathy, el «consejero» que está a su lado en la arena 24 años después: un héroe roto, una persona que duda, alguien que ni siquiera está seguro de tener la capacidad para decidirse entre un huevo revuelto y uno frito.
Pero Collins demuestra que es precisamente esta duda lo que hace a las personas resilientes y les permite resistir la tentación del poder. Es esta tolerancia a la ambigüedad lo que nos permite mantenernos abiertos y, por tanto, democráticos. Este planteamiento de convertir al clásico «perdedor» en héroe no es nuevo ni en la literatura New Adult ni en la infantil, pero Collins consigue entrelazar el pensamiento político con elementos de acción de manera tan convincente que leerlo es una verdadera satisfacción.
Aunque «satisfacción» es, por supuesto, la palabra equivocada; para mí significa más bien que la esperanza de que se ponga fin a las tendencias actuales sigue viva. Y más aún porque la novela, que se publicó simultáneamente en todo el mundo a mediados de marzo de 2025, vendió más de 1,5 millones de ejemplares sólo en la primera semana, 1,2 millones de ellos en Estados Unidos, uno de los países que actualmente más se inclinan hacia la vía autocrática. Esa cifra dobla el número de ejemplares que vendió la primera precuela en su lanzamiento y el triplica el del tercer volumen de la serie, Sinsajo (Mockingjay), que se publicó en 2010. Es probable que el mensaje de Collins vuelva a multiplicarse con la adaptación cinematográfica, cuyo rodaje está previsto que comience en julio de 2025. Así, la novela podría no sólo marcar el camino a seguir para los futuros votantes primerizos, sino también erigirse en baluarte contra las tendencias apolíticas de la literatura juvenil contemporánea.