El humor cansa a la desgracia.
Un cerdo le dice a otro, que cuida cariñosamente de sus cerditos: "Ay, siempre estas madres modélicas... ¡Me importa un bledo la vida! No importa lo que nos pase..."
Por supuesto, es imposible saber con certeza si André Franquin se habría reído con este chiste. Pero, en cierto sentido, refleja su actitud interior ante la vida. Cuando tenía poco menos de 40 años, sufrió por primera vez una depresión que le perseguiría el resto de su vida y le sumiría en profundos y oscuros pensamientos. Estos abismos oscuros los contrarrestaba con un sentido del humor tan negro como su propia depresión. Así nacieron sus Ideas negras, que, dibujadas a partir de 1977, contribuyeron a la mayoría de edad del género del cómic.
Con motivo del centenario de André Franquin, la editorial Carlsen publica en los primeros meses del año cuatro volúmenes de este influyente artista, que ha dotado sobre todo al segmento de las tiras cómicas de una profundidad que lo convierte en un faro en el paisaje del cómic europeo. Y, centrándonos en la imagen, su brillantez destaca también en la escena estadounidense. Pero, ¿por qué llevar lechuzas a Atenas? ¿No ha publicado Franquin lo suficiente? ¿Qué valor añadido tienen estas publicaciones?
André Franquin | Gaston im Schuber (Edición aniversario de alta calidad 100 años de Franquin)
Carlsen | 320 páginas | 89 euros
Como muchos artistas, Franquin tuvo enormes dudas sobre su propio trabajo. No en vano creó un alter ego en forma del caótico oficinista Gastón Elgafe el 28 de febrero de 1957 en la revista Spirou. Con él se burlaba de sus propios defectos de un modo entrañable. Sin embargo, a diferencia de Franquin, Gaston nunca tiene dudas sobre sí mismo. Es un Parsifal de la comedia que va de desastre en desastre como un torpe ingenuo. La historia de la edición de sus aventuras en Alemania es casi tan caótica como el propio héroe. Tuvieron que pasar 25 años desde la versión de Kauka en Fix und Foxi, que no tuvo mucho éxito, pasando por el orden algo confuso de la primera edición en Carlsen y su filial Semic, hasta llegar hasta las primeras ediciones sensatas de Carlsen Verlag. Sin embargo, esta historia y la dudosa percepción que Franquin tenía de sí mismo abren ahora la posibilidad de obtener nuevos detalles de De la vida de un hombre caótico.
Esta es la primera publicación alemana de las famosas tiras de los primeros álbumes. Sin embargo, éstas fueron completamente redibujadas por André Franquin para la edición compacta de bolsillo que se publicó en Francia y Bélgica en 1965. Probablemente esto se debió también a que no estaba del todo satisfecho con la primera representación de Gastón, creada en colaboración con Jidéhem (Jean De Mesmaeker). No siempre le resultaba lo suficientemente dinámica. La constelación de personajes en el universo del editor tampoco le parecía que estuviese perfilada con precisión. Así pues, Franquin no sólo moderniza estilísticamente al mensajero de oficina para que recuerde al Gastón de su época dorada, sino que también se muestra como un perfeccionista en los detalles del dibujo.
Al comparar las planchas, vemos cómo muestra una atención radical a los personajes y a su psicología, por ejemplo suprimiendo los elementos decorativos superfluos. Además, se disuelve la estática letárgica de la primera fase de representación de Gastón. Se sustituye por posturas de arrepentido reconocimiento y voluntad de compromiso. Esto hace que Gastón parezca más infantil e ingenuo. Fantasio, como director de la oficina, también cambia ligeramente. Es menos colérico y se acerca más a su papel posterior en la serie de Gastón. Su tensión corporal se caracteriza más por la exigencia excesiva y la consternación. E incluso si se debe al formato de bolsillo de la edición de 1965, el reagrupamiento de la línea de tiempo de una secuencia horizontal a una vertical aumenta el ritmo de la presentación.
Otras comparaciones de imágenes (véase arriba) también muestran esta tendencia a la reducción a lo esencial y a la concentración en el personaje de forma más dinámica y psicologizada. Aquí, la irritación de Fantasio se expresa no tanto por el texto como por un giro aparentemente sencillo del cuerpo, que le aleja literalmente de su verdadero objetivo. Es el presagio de la catástrofe.
Es extraordinario, especialmente cuando se comparan las versiones, cómo los detalles en el siguiente ejemplo también varían el componente emocional y la estructura social de los personajes.
La nueva postura de Gastón es mucho menos letárgica y estática. Ahora mira a Fantasio desde abajo, en un esfuerzo aparentemente infantil por ser reconocido. Fantasio, por su parte, se sitúa claramente por encima de él, pero sin embargo, o precisamente por ello, parece más indefenso que agresivo en su papel.
Esto añade al nivel del slapstick la sugerencia de un mensaje social, que resulta particularmente familiar, propio del personaje del Vagabundo de Charlie Chaplin. El volumen es, por tanto, imprescindible para todo coleccionista y amante de Franquin.
Además, el cómic Spirou, en el que Gastón inicia el caos pero en realidad sólo desempeña un papel secundario menor, también recibe una edición especial de lujo de Carlsen. Gastón regala a Fantasio por su cumpleaños una troupe de chimpancés amaestrados procedentes de la quiebra de un circo. Y el espectáculo montado por Los Hermanos Bravo es la cumbre del arte cómico de André Franquin.
En aras de la exhaustividad, cabe mencionar que se trata de una nueva versión coloreada que se ha ampliado para incluir dibujos inéditos, facsímiles de las páginas originales y amplio material de fondo. Lo importante es que un hito del género humorístico ha recibido una digna edición de lujo. ¡Así que el año del centenario puede continuar!