Haití y su diáspora en modo Mayday
Erica Joseph nació y creció en Haití. En Chile obtuvo una licenciatura en Relaciones Públicas y un máster en Estudios Internacionales. Es autora de la crónica Necrología de una comunidad haitiana en Chile.
La tranquila mañana del martes tres de septiembre de 2024 se anunciaba regular en la vida de los haitianos en los Estados Unidos, hasta que salió un artículo que parecía ser un inocente reportaje sobre el aumento de migrantes haitianos en Ohio, mientras evocaba un accidente de bus involucrando también a migrantes haitianos en la ciudad de Springfield en el Estado de Ohio. En las páginas de The New York Times de aquel martes sombrío se podía leer: How an-Ohio Town landed in the Middle of the immigration Debate! Lo que se traduce como: ¡Cómo una ciudad de Ohio quedó en medio del debate sobre la inmigración!
En la bajada del artículo se leía: “Jobs attracted thousands of Haitians to Springfield, Ohio. But then an immigrant driver was involved in a fatal school bus crash in August, setting the stage for another debate over immigration in America, this one magnified because of JD Vance”. Lo que se traduce como: “Empleo atrajo a miles de haitianos a Springfield, Ohio. Pero luego, en agosto, un conductor inmigrante se vio involucrado en un accidente fatal de autobús escolar, lo que preparó el terreno para otro debate sobre la inmigración en Estados Unidos, este magnificado por JD Vance”.
Los alcances inimaginables de una sola publicación digital
La generación Millennial internacional, nacida entre aproximadamente 1981 y 1996, se ha visto inmersa en un panorama mundial definido por la rápida evolución tecnológica. Desde la infancia, los Millennials han sido testigos de una transformación sin precedentes impulsada por la tecnología. La llegada de Internet, los teléfonos móviles y las redes sociales ha redefinido drásticamente no solo la forma en que accedemos a la información, sino también cómo nos conectamos con los demás y percibimos el mundo que nos rodea. Estas herramientas digitales han expandido y “democratizado” el conocimiento, facilitando el acceso instantáneo a datos y recursos educativos que antes eran limitados y costosos.
La conectividad global ha permitido a los Millennials establecer redes sociales más allá de cualquier frontera física, ampliando sus horizontes culturales y profesionales de maneras inimaginables para generaciones anteriores. Plataformas como Facebook, Twitter, Instagram y el gigante digital en el que se ha convertido Tik Tok no solo han servido como espacios para la interacción social, sino también como plataformas para el activismo político y social, permitiendo que las voces de esta generación sean escuchadas y amplificadas a escala global.
Mientras los mileniales internacionales están en medio de invención y adaptación a mucha transición emocional y digital, nosotros, los de la generación milenial haitiana, hemos vivido y estamos viviendo una montaña rusa de transición climática, migratoria de vergüenza y perplejidad. En nuestro corto tiempo de vida ya hemos sufrido las peores catástrofes de nuestro país.
¡Antecedentes de desnudez y humillación internacional!
¡Nosotros los haitianos hemos sido el hazme reír de todos en diferentes contextos Varias veces, la cálida naturaleza del caribe que está supuesta a calentar nuestras curvas nos ha desnudado ante el ojo del mundo! Lamentablemente, nuestra posición geográfica nos ha puesto demasiadas veces y literalmente en el ojo del Huracán. En los últimos treinta años, Haití ha sufrido diversas catástrofes naturales, desde múltiples huracanes y terremotos.
Por ejemplo, en el 2016, el huracán Matthew ha devastado la isla. Según un estudio comparativo publicado en Bonn, Alemania, donde se celebró la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el cambio climático (COP 23), se determinó que Haití, Zimbabue y Fiji eran los tres países que más han sufrido a causa de desastres climáticos en el año 2016.
Por lo tanto, la situación de constantes desastres y crisis inició un incremento interminable y sostenido en la ayuda internacional destinada al país, lo que conllevo a la instalación de una “maquinaria del desarrollo” por parte de donantes bilaterales y agencias multilaterales y más de diez mil organizaciones no gubernamentales, induciendo a muchos expertos a denominar a Haití como la república de las ONGs. Organizaciones que funcionan en el país sin mayor control, que en realidad sirven para vender y desnudar la miseria y desgracia haitiana.
Springfield, el reguero de pólvora
En la semana siguiente del primer artículo de The New York Time, o sea en la mismísima semana del debate presidencial en Estados Unidos, como un reguero de pólvora, el rumor corrió. ¡La comunidad haitiana en Springfield estaba en las mismísimas patas de los caballos! En muchos tweets, o X, ya ni se sabe cómo llamar a esa cuestión En demasiados posts en línea se podían leer textual y entre líneas cómo los caníbales haitianos se habían apoderado de la rural y decrépita ciudad de Springfield en Ohio.
“They are eating the ducks (dogs), they are eating the cats, they are eating the PETS of the people that lives there!” Se están comiendo a los patos (perros), se están comiendo a los gatos, se están comiendo a las MASCOTAS de las personas que viven ahi.
Como dice el refrán haitiano: Lèw pa lakay ou, tout bagay mal ki pase, sanble avèw! Cuando estás en casa ajena, ¡cualquier cosa mala que pasa, tu pareces ser el culpable! Como dice aquel proverbio haitiano, tout abitid se vis (en español: el hábito es una segunda naturaleza). En la red social que ha cambiado de nombre, se pueden leer virales publicaciones, en donde hasta el dueño de aquella red social acusa a los haitianos de comerse las mascotas de los ¡“frágiles blancos” rurales de Springfield! Para colmo, algunos de la diáspora haitiana están martillando si lo dice aquel dueño de aquella red social, ¡es cierto! Alguien así no va a esparcir falsos rumores. Entonces, se puede observar con demasiada impotencia que, en menos de veinticuatro horas, tout le globe terrestre en parle, (todo el mundo está hablando de ello).
Lo que parecía ser una broma de muy mal gusto en un grupo de Facebook termina siendo perjudicial y vergonzosa para toda una comunidad global en la diáspora. En Tik Tok y todas las demás redes sociales, se viralizó el video de una señora blanca, que las noticias describieron como alguien de 90 libras a quien se le notaba la “fragilidad” por lo delgada y conmocionada que se veía mientras entregaba su discurso en la reunión vecinal del condado. Ella describía la situación de la presencia de tantos cuerpos negros en el rural Springfield con estas palabras: “Unsafe, Fear, Uncivilized, Overwhelmed, Concerned, Unsustainable, people speaking strange language, dangerous, trash invasion to my homeland”. Palabras que se traducen como inseguro, miedos, incivilizado, abrumado, preocupación, impactado, insostenible, personas hablando lengua extraña, peligroso, basura invasión a mi tierra natal.
Otra señora más corpulenta, contaba una conmovedora historia de su infancia en Springfield, describiéndola como el mismísimo paraíso Apalache exclamando como estos negros haitianos ahora traen pobreza, canibalismo y vergüenza. Entre líneas se puede casi reemplazar la palabra “haitiano” por “criminal”, o la palabra “crimen” sería una palabra clave para “migrante”. Justificando y transformando así el racismo y la xenofobia en una virtud.
Si’n pa pale n’ap toufe! ¡Si hablamos nos asfixiamos!
Mientras las redes se incendian a 105 Fahrenheit, mientras pintaban a aquel candidato como el mesías que vendrá a salvar el imperio norteamericano de la invasión de los caníbales y bárbaros haitianos; mientras aquel magnate espacial que en su momento había esparcido rumores reptilianos publicaba del tema, nosotros los haitianos estábamos entre perplejidad hasta vergüenza y de rodillas completamente desnudos e impotentes en casa ajena. En la ciudad de Louisville, en conversaciones con un haitiano americano de la ciudad, quien fue ganador del premio “black achiever 2015” rememora cómo dejo Haití en medio de la polémica causada por el brote de Cólera provocado por aquella misión de paz en Haití en 2012, exclamando que su vida en Haití le ha preparado para afrontar las dificultades de vivir en un país hostil a su haitianidad, explicando e ilustrando sus comentarios: “Por ejemplo, acá, cuando cocinan, miden cada porción antes de ponerlo en la receta culinaria, pero nosotros en Haití, la gente común no medimos porciones. Parece un ejemplo simple y exagerado, pero hay cuidado que no tomamos, ¡pero ellos sí!” Sigue con sus comentarios diciendo: “Si en Haití tuviéramos un mínimo de esa disciplina, ¡hay cosas que jamás aceptaríamos como país!” Otro de mis entrevistados en medio de la polémica de Springfield sentenció: Anpil nan nou tèlman soti nan mizè, nou aksepte nenpòt bagay! Se pa edike nou pa edike, se enstwi nou pa enstwi. (¡Muchos de nosotros, provenimos de tanta pobreza que aceptamos cualquier cosa! No es que no seamos instruidos, nos falta educación).
Nuestra entraña nos duele cuando uno de nosotros sufre. Our gut hurts when one of us is hurts.
Otro haitiano, un ex profesor de filosofía en Haití, quien como muchos otros hermanos haitianos el año pasado ha podido escapar de la violencia pandillera en Puerto Príncipe para llegar a trabajar como “leve bwat”, en palabras haitianas para referirse a aquellos que trabajan en entry-level jobs, como aquellos que levantan carga en Estados Unidos. Él describe con gran estupefacción, trabajar como un “montacargas humano” en una empresa de manufactura en un estado del Mid Oeste de Estados Unidos. Explica su punto de vista y perplejidad frente a la situación en Springfield.
Según él, hay dos formas fundamentales de categorizar las emociones en esta situación. Desde la perplejidad hasta la vergüenza. Siendo el orgullo de un pueblo o de una comunidad, un lazo que une tu código con una serie de cosas que dan un sentimiento de pertenencia, donde cuando uno gana, ganamos todos, y cuando uno pierde, perdemos todos. Es válido siempre que uno de nosotros esté involucrado en un escándalo internacional. Hay un principio en creole que da la tendencia de que: “si nen pran kou je w ap kouri dlo” (cuando se golpea tu nariz, tus ojos se llenarán de lágrimas). También es importante verlo desde la perspectiva del orgullo personal. Esto es lo que nos hace mirarnos al espejo y decir que uno de nosotros quizás haya cometido un error que nos juzga y perjudica a todos, pero eso no cambia quiénes somos, ni en nuestro comportamiento ni en nuestros valores cultivados cada uno como individuo singular.
Yo le pregunté si tenía vergüenza o perplejidad de ser haitiano en este momento. ¡Simplemente repitió mi pregunta antes de elaborar su respuesta como excelente filósofo que es! “¿Si es que me da vergüenza? Lamentaría estar avergonzado de que uno de nosotros supuestamente haya cometido un error que creemos que podría perjudicarnos a todos. No fue una elección que yo naciera haitiano, fue un destino nacer, por eso para mí es un privilegio nacer en una nación donde muchos factores y razones aún nos colocan en los debates internacionales. Entonces no tengo por qué avergonzarme, tengo que mirarme y decir que podríamos haber hecho más y debemos hacer más para lavarnos la cara ante el mundo porque quizás algunos están haciendo tonterías, pero hay muchos otros más que son más destacables. Para mí es un orgullo haber nacido haitiano, no puedo cambiarlo y no quiero cambiarlo tampoco” Sentenció él antes de terminar con la conversación.
¿Estados Unidos es un país de inmigrantes?
Para muchos haitianos viviendo en Haití o aquellos que ya han emigrado a cualquier otra parte del mundo, Estados Unidos representa mucho más que simplemente un destino turístico o un lugar de oportunidades laborales. Estados Unidos, es descrito y creado en el imaginario popular haitiano, como ese lugar de sueños realizados, como un gigante de esperanzas y posibilidades. Desde fuera, nosotros lo vemos como esa tierra de abundancia, donde las oportunidades son infinitas y la calidad de vida es incomparable. Los relatos de quienes han vivido la experiencia de migrar a Estados Unidos suelen estar llenos de narrativas de éxito y superación, alimentando la percepción de que este país es verdaderamente un paraíso terrenal. En donde los ciegos recobran la vista, los discapacitados recobran sus capacidades. Por lo tanto, en el imaginario popular y en el mainstream global, se promociona a Estados Unidos como el país de los sueños, y el american dream resuena más allá de todas las fronteras o continentes.
(1) La ONU estima que esta cifra puede estar alrededor de 50.661.149 personas ahora, lo que se traduce en 15,42% de la población total. Siendo 3 que el último censo nacional que se realizó en el 2020 en plena pandemia, los datos nacionales oficiales pueden estar descontextualizados
Siendo EE. UU un “país de inmigrantes”, y la migración como movilidad humana en los últimos años ha sido muy controversial, la narrativa en torno al tema sigue siendo desinformada, incompleta y muy selectiva. A pesar de la controversia, el último censo del 2020 ha revelado que cerca de 44.9 millones de la población total son personas (1) nacidas en el extranjero (2).
Estados Unidos ha sido durante mucho tiempo un país atractivo para los migrantes que buscan una vida mejor. Sin embargo, desde los primeros años que han cimentado las fundaciones independentistas de esta nación, las políticas migratorias han sido siempre selectivas. Ahora, con la exacerbación de las desesperaciones de la humanidad con los impactos del COVID 19, el gigante norteamericano se ha vuelto cada vez más selectivo en cuanto a la migración, priorizando a ciertos grupos sobre otros. En estas líneas y las recientes historias, vemos los alcances y las implicaciones de las políticas migratorias selectivas en Estados Unidos. El sistema de inmigración de Estados Unidos es muy complejo, con muchas vías de entrada, incluidas categorías basadas en la familia, basadas en el empleo y humanitarias.
(2) La población nacida en el extranjero está compuesta por cualquier persona que no sea ciudadana estadounidense al nacer. Esto incluye a las 4 personas que se han convertido en ciudadanos estadounidenses a través de la naturalización. Todos los demás se cuentan entre la población nativa, que comprende a cualquier ciudadano estadounidense al nacer, incluidas las personas nacidas en los Estados Unidos, Puerto Rico, un área insular de los EE. UU. (Guam, el Estado Libre Asociado de las Islas Marianas del Norte y el Islas Vírgenes de los EE. UU.), o en el extranjero a un padre o padres ciudadanos de los EE. UU.
Después de su independencia, Estados Unidos comenzó a regular la inmigración promulgando leyes que reflejan la política y los flujos migratorios de aquella época. Por ejemplo, la Ley de Naturalización de 1790 (Naturalization Act of 1790: leyes de naturalización de los Estados Unidos del 26 de marzo de 1790 (1stat.103) establece las reglas para convertirse en ciudadano exclusivo de personas blancas libres de "buen carácter" que hayan residido en el país durante al menos dos años, excluyendo así a los indios americanos, los esclavos, los negros libres, funcionarios contratados y los asiáticos. Con el cambio en la Ley de naturalización en 1870 (Congress went further by amending naturalization requirements in 1870 and extending naturalization eligibility to "aliens being free white persons, and to aliens of African nativity and to persons of African descent." The 1870 revision of §2169, U.S. Revised Statutes, laid the foundation for future confusion over racial eligibility for citizenship.) el derecho de ciudadanía se extendió a las personas de origen africano. A partir de 1875 se empieza a restringir más y más la inmigración. Incluyendo en las leyes de naturalizaciones prohibiciones a delincuentes, personas con enfermedades contagiosas, polígamos, anarquistas, mendigos e importadores de prostitutas. En el periodo de la Primera Guerra Mundial, 1917, el Congreso (Immigration Act of 1917 Bans Asians, Other Non-White People from Entering U.S. On February 5, 1917, Congress passed the Immigration Act of 1917, also known as the Asiatic Barred Zone Act. Intended to prevent “undesirables” from immigrating to the U.S.) de los Estados Unidos promulgó la primera ley de inmigración ampliamente restrictiva, la cual sentó la base para la Ley de cuota de 1924 (La ley de 1924 limitaba la cantidad de inmigrantes que podían entrar a los Estados Unidos.) No obstante, factores sociopolíticos y geopolíticos relacionados con la Segunda Guerra Mundial y los procesos de descolonización permitieron la aprobación de la histórica Ley de Inmigración y Nacionalidad de 1965 (Promulgada el 26 de mayo de 1924.). Recién, en los 70 las leyes se han centrado en los refugiados incluyendo ayuda para otras nacionalidades, incluidos chinos, nicaragüenses y haitianos. En 1990, se creó el “estatus de protección temporal” en ayuda (Ley de Inmigración y Nacionalidad de 1965, la inmigración ha estado dominada por personas nacidas en Asia y América Latina, en lugar de 10 Europa. Porque creó un nuevo sistema que favorecía la reunificación familiar y los inmigrantes calificados, en lugar de las cuotas nacionales.) a migrantes principalmente centroamericanos para protegerlos de la deportación a países que enfrentan desastres naturales y conflictos armados (On November 6, 1986, the Reagan administration with the Reform and Control Act of 1986 increased border enforcement and closed many 12 migration routes.).
PenguinLecturas recomendadas sobre el estado actual de la investigación sobre migración: Hein de Haas | How Migration Really Works: 22 things you need to know about the most divisive issue in politics | Penguin | 464 pages | 8.99 EUR
En 1996, se promulgo la Ley de Reforma de la Inmigración Ilegal y Responsabilidad del Inmigrante (In 1990, The George H.W. Bush administration enacted the Temporary Protection Status (TPS) program, permitting eligible nationals or citizens from designated countries to maintain temporary juridical immigration or refugee status, work authorization, and protection from deportation) que buscaba fortalecer las leyes de inmigración de los EE. UU desde un punto de vista del interés y seguridad nacional, agregando así la sección 287G, que prevé penas de cárcel (This section of law authorizes the Director of ICE to enter into agreements with state and local law enforcement agencies, that permit 13 designated officers to perform limited immigration law enforcement functions. Agreements under section 287(g) require the local law enforcement officers to receive appropriate training and to function under the supervision of ICE officers.) para los inmigrantes indocumentados (ICE and the requesting Law Enforcement Agency (LEA) sign a Memorandum of Agreement (MOA) that defines the scope, duration, and 14 limitations of the delegation of authority. It also sets forth the training requirements, and the terms of ICE supervision, and requires the partnering LEA to follow DHS and ICE policies when its designated immigration officers (DIOs) perform delegated immigration enforcement functions). En síntesis, entre 1783 y 2019, más de 86 millones de personas han emigrado a los Estados Unidos. En las estadísticas e historias más polémicas y recientes, la aplicación del CBP One permite solicitar citas anticipadas de ingreso a Estados Unidos y el programa del Parol Humanitario permite la entrada de migrantes de manera organizada. Ambos programas están también en el ojo del huracán. Siendo que, hasta mediados de abril del 2024, más de 435.000 cubanos, nicaragüenses, haitianos y venezolanos han llegado a EE. UU. a través del Parol Humanitario. A su vez, el gigante norteamericano ha devuelto a unos 690.000 migrantes que intentaron cruzar la frontera de manera irregular desde mayo de 2023. También hasta mediados de este abril, unos 547.000 migrantes pudieron programar citas "para presentarse de manera segura y ordenada" en los puertos de entrada a EE. UU. a través de la aplicación CBP One, una herramienta que el Departamento de Seguridad Nacional puso en marcha en enero de 2023 con el propósito de facilitar las llegadas por vía legal a la frontera.
Erica Joseph @literatur.review: El inframundo del primer mundo - De Haití a EE.UU.: En busca de un nuevo lenguaje para la migración y el encuentro con nuestros demonios y sueños
El régimen legal bajo el cual emigraron ha cambiado radicalmente junto con los tumultos de las elecciones presidenciales y las políticas que rodean esos cambios han sido y siguen siendo polémicas, siempre con una base estructural racial y dichas políticas de inmigración pasadas y actuales inflaman el debate político actual.
Por lo tanto, como haitianos nos acostumbramos a no hablar cuando la gente realmente ni te pregunta y solo asume. Lamentablemente, acostumbramos a observar, escuchar en vez de hablar. Se espera que nuestra generación mueva montaña y cielo, pero con tanta tecnología igual estamos más perdidos que nunca. Y más como migrante, ya que se vive una vida en transición y cambiante. A veces uno se imagina si algo nos pasa estaríamos atrapados solos en el ataúd electrónico. ¿Qué dramático pensamiento, cierto?
Bueno, que lo queramos aceptar, o no, ¡ser migrante es una de las situaciones más ingratas que existen! Estamos para aportar en el país receptor, mientras tratamos de pensar y sanar la herida de los que quedaron atrás, pero al final, en momentos de gran necesidad estamos solos en el gran abismo de estar en casa ajena. Sin encajar porque, al final y al cabo, ¡el país receptor da nuestra presencia por sentada mientras gateamos en busca del santo grial del american dream! Mientras Haití, nuestra casa real en el caribe, está en caos total, ¡¿a dónde volveríamos los haitianos si el país está literalmente en llamas bajo la hoguera pandillera?!