Atrapados en narrativas
"Pero todo buen camino debe ser un camino abierto, un camino recto y estar a la luz del sol, sin ciénagas, sin pantanos y sin fuegos fatuos. Lo que importa es la verdad, lo que importa es la fiabilidad y la honestidad"
- Theodor Fontane, Errores y extravíos
Yandè Seck | Weiße Wolken | Kiepenheuer&Witsch | 352 páginas | 23 EUR
Yandé Seck aclara muy pronto en qué medio social se centrará su debut. Desde tres perspectivas, cuenta la historia de una Alemania que hasta ahora se habría calificado de clase media. Una hermana, Dieo, ya tiene hijos y está a punto de incorporarse a la consulta de un colega mayor como psicoanalista; Zazie, la hermana menor, aún está en la universidad y trabaja en un centro juvenil, y critica a su hermana mayor por su vida de clase media con Simon, demasiado conformista, que está metido en una start-up financiera y apenas tiene tiempo para los niños y su mujer. Seck enriquece este hilo narrativo con los estereotipos habituales que uno se imagina para un hombre blanco de mediana edad de este sociotopo, ya sea con diálogos sobre las criptomonedas, experiencias de coaching o incluso una breve incursión en ChatGPT para explorar su propia biografía.
Esto suena casi demasiado bieny no sería especialmente interesante, si no fuera porque las hermanas de Seck comparten un detalle biográfico que cambia tanto su relación entre ellas como con la realidad alemana: tienen un padre senegalés y, por tanto, un origen inmigrante. Lo cual, en Alemania y en el resto del planeta, nunca es lo más fácil del mundo, y, de hecho, siempre es interesante.
Y enseguida se hace evidente que Seck sabe de lo que escribe. Ella misma procede de la inmigración, tiene dos hijos y trabaja como psicoterapeuta de niños y adolescentes en Offenbach, cerca de Fráncfort, donde creció.
Su novela es, por tanto, también una novela de Fráncfort: cada café, cada calle, la universidad, la vida cotidiana con los niños y la de Simon, todo ello es real y cobra vida a través de largos pasajes de diálogo. Dado que Weiße Wolken trata desde el principio del conflicto, de la realidad de las relaciones, de la pertenencia y de la identidad, estos pasajes casi guionísticos y cinematográficos recuerdan a las primeras películas de Woody Allen o a los furiosos y emotivos pasajes de diálogo de jóvenes directoras como Emma Seligman (Shiva Baby, 2020) o Maryam Keshavarz (The Persian Version, 2022), que también abordan sus experiencias de choque cultural, búsquedas de identidad y dramas madurez.
Mithu Sanyal | Identitti | Consonni | 416 páginas | 23,50 EUR
Pero incluso más que estas películas, el debut de Seck recuerda a Identitti, de Mithu Sanyal, cuya novela también está ambientada en el mundo académico, y donde, al igual que en la novela de Seck, la gente sufre por las historias de su vida cotidiana y, por tanto, aún le cuesta aceptar la sencilla fórmula de la vida según la cual todos somos, en última instancia, seres humanos, sea cual sea el color de piel que nos haya tocado.
Al igual que Sanyal, la novela de Seck es siempre un poco teatral en su concepción, lo que se debe, por supuesto, al entorno woke que Seck describe. Pero Seck siempre se las arregla para contrarrestar esta teorización de su trama con despiadadas descripciones de la vida familiar cotidiana o para enriquecer los inicios de la nueva relación de Zazie con sucesos cotidianos para dar credibilidad a la novela, que es esencialmente la búsqueda de algo parecido a una solución al marasmo de narrativas interiorizadas e impuestas socialmente para alcanzar al final un sentimiento de "pertenencia". Esta catarsis llega relativamente tarde en Weiße Wolken, a unos dos tercios de la novela. Y como en muchas otras historias alemanas con esta temática, es la muerte del padre la que provoca el punto de inflexión. Así ocurría en la muy precisa y tierna película Ivie wie Ivie sobre dos hermanas afroalemanas en Leipzig y, por supuesto, en la oscura y densa epopeya familiar Dschinns de Fatma Aydemir.
Fatma Aydemir | Dschinns | Hanser | 368 páginas | 24 EUR
A diferencia de lo que ocurre en Dschinns, la muerte del padre de Seck no revela la confusión interna de la familia, sino que la cura, dando lugar a una nueva oleada de identidad, claridad, empatía y comprensión. Es la ocasión de una profunda catarsis, porque ahora por fin queda claro lo que Simon ya había planteado como una pregunta: Las nubes blancas no tienen nada que ver con ser blancas.