¡Esto no tiene sentido!
LektoraHenrik Szántó | Tiene 18 letras y nueve de ellas son ypsilones | Lektora Verlag | 104 Seiten | 14,80 EUR
Al entrar en el estudio de la ORF en Klagenfurt para los Jornadas de Literatura en Lengua Alemana 2024, uno se siente momentáneamente confuso. Los asientos del jurado están dispuestos en semicírculo sobre el escenario, centrados por el de su presidente. ¿No deberían ser la literatura y los escritores el centro de atención? ¿Dónde está la zona de lectura para los autores? Un rápido vistazo revela el atril, situado entre el público frente al jurado, lo cual sugiere que el autor y el público asistentes deben escuchar lo que el jurado tiene que decirles. La estructura del acto y las relaciones de poder que de él se derivan quedan así claras a primera vista por la disposición de la sala. Cabe dudar seriamente de que esta configuración sea una idea acertada en este contexto. Pero, como mínimo, el montaje demuestra claramente que los lugares, los espacios y los detalles espaciales influyen enormemente en la percepción de los acontecimientos que en ellos se desarrollan. Las habitaciones reflejan realidades, se centran en determinados detalles o, a veces, incluso pueden cambiar la realidad. Por tanto, un espacio nunca es sólo un espacio, siempre es la expresión de algo que reside en su interior.
De esto precisamente habla Henrik Szántó en su texto 'Una escalera de papel', que leerá en las XLVIII Jornadas de Literatura en Lengua Alemana. Una casa está a punto de ser demolida por el hallazgo de una bomba aérea y ahora dice -no, grita- en un eco casi jadeante de la memoria, una vez más, lo que ha quedado grabado en sus paredes. La casa siempre ha observado en silencio todos los acontecimientos que han tenido lugar en los diferentes pisos; lo ha visto todo, pero no ha podido intervenir. Sin embargo, los espíritus de sus habitantes muertos siguen rondando los pasillos de su memoria. En simultaneidad temporal, generaciones de carteros se reúnen en la zona de entrada para entregar notificaciones de desahucio, cartas de amor o facturas. Residentes actuales y antiguos se cruzan en el hueco de la escalera, sin tocarse. Se celebran fiestas de estudiantes, surgen y se desvanecen historias de amor, y poco a poco va aflorando un recuerdo particular. Antes de 1933 vivía aquí la familia judía de relojeros Sternheim, antigua propietaria de la casa. Pero también fue el hogar de uno de los hombres de las SA que rompieron el escaparate de la tienda de los Sternheim durante la noche del pogromo de 1938, y más tarde vivió aquí el oficial de la Gestapo que detuvo a los Sternheim y luego se instaló en uno de los pisos confiscados. Sólo en este caso, la casa cobra vida y, a diario, susurra airadamente el eco de este recuerdo en el silbido del radiador. Las capas de la memoria se superponen y entrelazan. ¿Qué quedará de ellos cuando la casa sea demolida y sustituida por un nuevo edificio? Se entona un impresionante coro fúnebre de fragmentos de recuerdos y memorias reprimidas: el abuelo estuvo involuntariamente en las SS.
Henrik Szántó presenta un furioso retablo de imágenes con este texto, que lleva a cabo con una habilidad impresionante. Como artista de Spoken word, es capaz de otorgar un ritmo y un dinamismo trepidante al collage de recuerdos. Este despliegue de lenguaje y memoria nos lleva a cuestionarnos cómo y qué recordamos, reprimimos u olvidamos. El eco del texto resuena durante mucho tiempo y se instala en nuestra conciencia: ¿Dónde encontrarán paz los olvidados en los muros si los espacios para la memoria desaparecen, son derribados? ¡La memoria necesita un espacio tangible! El jurado se deshizo en elogios. Klaus Kastberger dijo: "Este texto desplaza las cosas unas dentro de otras de manera impresionante". Philipp Tingler se mostró "conmovido por la apertura del texto", Thomas Strässle encontró "muy virtuoso" el entrelazamiento de los niveles temporales.
Pero al final, después de todos los elogios, el autor se fue sorprendentemente con las manos vacías, como si el texto se hubiera perdido en algún lugar de los pasillos de ORF Kärnten. ¿Acaso se perdió en las laberínticas estructuras de poder del jurado? ¿O es que los miembros del jurado ya no se acordaban de su propia crítica, la habían suprimido? Este texto en particular habría merecido un eco más fuerte. Para que no se olvide tan rápidamente en el día a día de la literatura y se le dé el espacio que merece, nos gustaría remitirle una vez más a la página web de las XLVIII Jornadas de Literatura en Lengua Alemana 2024, donde podrá leerlo. O puede hacer que el autor lo lea en voz alta.
Henrik Szántó es un autor cuyo nombre no debe caer en el olvido.