Macron y los ladrones de sexo: rumor y desinformación en África

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Macron y los ladrones de sexo: rumor y desinformación en África

Circula un rumor en algunos países africanos: el Estado francés estaría organizando robos de penes para contrarrestar la caída de la fertilidad. El rumor, difundido por la propaganda rusa, se ha convertido en una noticia falsa
Julien Bonhomme
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Julien Bonhomme

[1] Steve Fleitz, "Centrafrique: Disparitions inexpliquées de parties intimes chez des hommes, la France suspectée?", Bamada.net, en línea el 28 de octubre de 2024, suprimido el 7 de noviembre. Agradezco a Nathan Gallo, periodista de Observateurs de France 24, que me haya hecho llegar este artículo. 

[2] Julien Bonhomme, Les Voleurs de sexe. Anthropologie d'une rumeur africaine, París, Seuil, 2009. Traducción al inglés: The Sex Thieves. Anthropology of a Rumor, Chicago, HAU Books-University of Chicago Press, 2016.

¿Otra vez ladrones de sexos? El 28 de octubre de 2024, un sitio web de noticias maliense publicó un artículo sobre misteriosas desapariciones de genitales masculinos en la República Centroafricana [1]. En realidad, el rumor no es nuevo, como ya he demostrado en un libro [2]. Apareció por primera vez en Nigeria en la década de 1970, y luego se extendió a África Occidental y Central en la década de 1990. Desde entonces, ha resurgido de vez en cuando, desatando acusaciones y reacciones violentas a su paso. El escenario es siempre el mismo: el "robo sexual" se produce cuando dos personas se encuentran en la calle. Es un apretón de manos o un simple roce el que provoca que los genitales de la "víctima", casi siempre varón, desaparezcan o se encojan. El presunto "ladrón" también suele ser un hombre, invariablemente un desconocido, y a menudo extranjero, ya sea de otro país africano o de otro grupo étnico. En Nigeria, por ejemplo, se suele acusar a los hausa del norte del país, mientras que en otras regiones de África Occidental se sospecha más de los nigerianos. El robo de sexo, que representa una amenaza de despojo por parte de extraños, guarda un cierto aire con toda una serie de rumores sobre el robo de órganos que circulan en otras partes del mundo, de Brasil a Madagascar, de los Andes a Francia [3].

Pero esta vez el escenario es completamente nuevo. El artículo publicado por Bamada.net insinúa que los robos sexuales fueron orquestados por el Estado francés con el fin de restaurar la flaqueante virilidad de su población masculina, llegando incluso a implicar personalmente a un diplomático de la embajada francesa en la República Centroafricana y, tras él, a Emmanuel Macron. Lejos de tratarse de un simple incidente individual, como suele ser el caso, el rumor esconde un escándalo de Estado con ramificaciones geopolíticas de gran alcance. En los días siguientes a la publicación del artículo en Internet, los medios especializados en la verificación de datos lo detectaron, refutaron sus afirmaciones falsas e indicaron que probablemente se trataba de una operación de desinformación de las redes prorrusas, muy activas en la región [4]. Así pues, una historia que circulaba espontáneamente desde hacía varias décadas ha sido utilizada como matriz de una fake news, una información falsa producida y retransmitida por determinados actores con fines ideológicos. Me gustaría volver sobre este caso y centrarme en las cuestiones políticas que están en juego. Este caso singular también plantea una cuestión más general: ¿cuáles son las similitudes y diferencias entre los rumores y las fake news (o noticias falsas)?

[3] Nancy Scheper-Hughes, "Theft of Life. The Globalization of Organ Stealing Rumours", Anthropology Today, vol. 12, nº 3, 1996, pp. 3-11; Luke Freeman, "Voleurs de foies, voleurs de cœurs. Européens et Malgaches occidentalisés vus par les Betsileos (Madagascar)", Terrain, nº 43, 2004, pp. 85-106; Andrew Canessa, "Fear and loathing on the kharisiri trail. Alterity and identity in the Andes", Journal of the Royal Anthropological Institute, vol. 6, nº 4, 2000, pp. 705-720;  "Trafic d'organes: est-il vrai que des vols de reins ont lieu à Paris?", Libération, 29 de octubre de 2019. 

[4] Nathan Gallo, "Rumeur des 'pénis volés' en Centrafrique : autopsie d'une intox anti-française", Les Observateurs-France 24, 1 de noviembre de 2024; "FAUX, Alexandre Piquet, conseiller de l'Ambassade de France en Centrafrique n'est pas impliqué dans la disparition de sexe masculin", Radio Ndeke Luka, 1 de noviembre de 2024.

Del rumor a la fake news

El artículo se publicó a finales de octubre tras una serie de incidentes de robo de sexo en la República Centroafricana (RCA). El país se vio afectado por el rumor tardíamente, que yo sepa no antes de 2010. Pero en los últimos años ha resurgido con regularidad. En 2022, en Ndélé, después de que dos personas afirmaran haber perdido el pene, los jóvenes se lanzaron a la búsqueda de los culpables y detuvieron a una anciana, que consiguió exculparse acusando a un grupo de hausas de Nigeria recién llegados al pueblo. En julio de 2024, en Bambari, un cooperante de nacionalidad centroafricana fue acusado por tres jóvenes a los que acababa de estrechar la mano. Para escapar al linchamiento, se refugió en una casa antes de ser evacuado por la policía. A finales de agosto, el rumor llegó a Bangui, la capital, donde desencadenó varios incidentes violentos. Un hombre acusó a otro tras ser rozado en la calle. Al dar la voz de alarma, se congregó una multitud que agredió al presunto ladrón. Sólo la intervención del jefe de barrio impidió que ocurriera lo peor.

El rumor se extendió tanto que, el 2 de septiembre, el Ministro de Comunicación y Medios, que también es portavoz del gobierno, tuvo que desmentirlo públicamente y llamar a la calma a la población. Afirmó que, tras una investigación, no se había confirmado oficialmente ningún caso de robo de sexo, y amenazó con emprender acciones legales contra quien difundiera información falsa o causara alteraciones del orden público. Otros actores están tomando medidas para acallar el rumor. Un hospital publicó los informes de los exámenes clínicos de las supuestas víctimas, en los que no se constataba la desaparición de ningún pene, mientras que periodistas especializados en la verificación de datos explicaban que las imágenes de genitales atrofiados que circulaban por las redes sociales y que supuestamente atestiguaban la veracidad del robo de sexo en realidad sólo mostraban a personas que sufrían malformaciones congénitas. En septiembre, el rumor desapareció, aunque no está claro si la causa fue el desmentido oficial o si finalmente se extinguió por sí solo, sucedida por otra noticia en el vertiginoso ciclo de la actualidad (la misma secuencia temporal se da en todos los brotes episódicos de robo de sexo).

Bamada.net publica su artículo en un momento en que el rumor ya no circula activamente por la República Centroafricana, pero sigue presente en la mente de la gente. Hasta entonces, los incidentes que había desencadenado en el país seguían todos un escenario clásico: apretones de manos con consecuencias fatales y acusaciones entre individuos en el espacio público. Bamada.net introduce un cambio importante al desviar las acusaciones hacia Francia. Varios indicios sugieren que se trata de una operación de desinformación orquestada por redes prorrusas en África para atizar el sentimiento antifrancés. El artículo se centra en la República Centroafricana y lo publica una web maliense, dos países clave en la nueva zona de influencia de Rusia en el continente, el primero a partir de 2018, el segundo tras el golpe de Estado de 2021. Además de los aspectos militares, económicos y políticos, esta influencia implica también la propaganda mediática [5].

[5] Léa Péruchon, "'Je ne le fais pas seulement pour moi': les révélations d'un ex-propagandiste sur les secrets de la désinformation russe en Centrafrique" y "Propaganda Machine: l'offensive de la Russie contre l'information au Sahel", Forbidden Stories, 21 de noviembre de 2024.

Los agentes de Moscú transmiten la información que desean ver publicada en la prensa a periodistas locales, pagados para la ocasión, que se encargan de redactar o reelaborar el texto y de colocarlo en diversos medios de comunicación. El objetivo es influir en la opinión pública presentando favorablemente la acción de Rusia y vilipendiando a los países occidentales, especialmente a Francia, cuyas relaciones con su antiguo "coto" africano ya alimentaban un comprensible resentimiento entre ciertos sectores de la población. Bamada.net, un sitio web de información general con buena audiencia, difunde regularmente contenidos prorrusos. El momento en que se produce la noticia falsa es también revelador: implica a un diplomático francés en la República Centroafricana, en el mismo momento en que se debate un proyecto de ley sobre los "agentes extranjeros", inspirado en el modelo ruso, que suscita cierta inquietud en la sociedad civil.

El artículo debe haber sido redactado por una tercera persona ajena a la redacción de Bamada, como demuestra su publicación simultánea en inglés en el sitio web de un diario nigeriano. Su autor, un tal Steve Fleitz, es probablemente un nombre falso (la versión publicada en Nigeria permanece anónima, atribuyéndose el texto sin más precisiones a "Nuestro reportero"). Fleitz publica regularmente artículos en inglés o francés en la prensa africana, todos ellos críticos con Francia, la MINUSCA (misión de la ONU en la República Centroafricana), Estados Unidos y Ucrania. A veces se presenta como el "Dr. Steve Fleitz", investigador en ciencias políticas licenciado por la Universidad de Praga y afiliado al International Center for Political and Strategic Studies, organización fantasma mencionada también en otros artículos antioccidentales firmados por falsos expertos. La publicación en el sitio web de Bamada no indica el pedigrí científico de su autor; sin embargo, afirma bajo su firma que la "fuente" de la información procede del European Centre for Middle East Studies, un centro de investigación real, pero en cuyo sitio web no hay rastro de Fleitz, ni de ningún estudio sobre el robo de sexos.

Al día siguiente de su publicación en Internet, el artículo fue recogido en las redes sociales, especialmente a través de páginas de noticias de Facebook acostumbradas a difundir contenidos prorrusos, como "RCA aujourd'hui" (23.000 suscriptores) y "Tout sur l'Afrique" (68.000 suscriptores). A principios de septiembre, el primero ya había publicado artículos acusando a la MINUSCA de difundir rumores de robos de sexos para sembrar el pánico y desestabilizar el país (el contenido ha sido retirado desde la publicación del artículo). La reedición de la noticia falsa en "RCA aujourd'hui" tiene más de 5.000 likes y ha sido compartida 36 veces. Sin embargo, las publicaciones diarias de la página reciben muy pocos likes, generalmente una decena (algunos centenares en el caso de las noticias deportivas). En cambio, los artículos contra Francia o la ONU reciben sistemáticamente varios miles de pulgares azules, lo que sugiere que se trata de likes falsos comprados para aumentar artificialmente su popularidad. Por último, cabe señalar que en la web francesa, la información fue recogida por Fdesouche.com, un sitio de extrema derecha, y en el foro jeuxvideo.com (aquí y aquí), pero sin suscitar grandes reacciones.

Teorías de la conspiración

El contenido del texto corrobora la hipótesis de la desinformación, en particular porque se suma de forma inédita a los cientos de artículos sobre robos de sexos aparecidos en la prensa africana desde los años noventa. Comienza repasando episodios recientes en la República Centroafricana e insinuando que el fenómeno es real, tomando la precaución de escudarse en el condicional. Luego expone su tesis principal: "Algunos testigos y víctimas añadirían que el extranjero [ladrón sexual] era blanco". La posibilidad de que no se trate más que de una "teoría de la conspiración" se menciona, pero retóricamente, sólo para ser inmediatamente descartada y alegar la existencia de la conspiración: "Algunas de las llamadas 'teorías de la conspiración' han sido finalmente confirmadas, en particular las que implican a las élites occidentales en secuestros de niños, orgías masivas y rituales satánicos".

El artículo continúa revelando las razones del complot: "Algunos rumores afirman incluso que los servicios de inteligencia franceses, llenos de odio neocolonial y celos de los africanos, estarían utilizando nanotecnologías secretas para robar los atributos masculinos de los hombres africanos con el fin de compensar el declive demográfico de los europeos". Se dice que el declive demográfico del Viejo Continente se debe a una virilidad en decadencia, como demuestran una serie de fuentes supuestamente autorizadas pero sin referencias: un estudio científico publicado en una importante revista internacional, una encuesta sobre la disminución de la frecuencia de las relaciones sexuales y "expertos médicos" que afirman que el fenómeno afecta especialmente a los "franceses blancos". Para contrarrestar la amenaza que esta desvirilización supondría para el conjunto de la sociedad, las "fuerzas de seguridad francesas" habrían puesto en marcha un proyecto científico donde se ha descubierto que la hormona sexual masculina "podría obtenerse de las partes íntimas de otro hombre". Los niveles más altos de testosterona se encontrarían en "hombres africanos", especialmente en la República Centroafricana. Un programa clandestino, llamado "Repoblación", se habría puesto en marcha para "extraer esta hormona de hombres negros". Al parecer, este habría sido aprobado  en las altas esferas por el propio Emmanuel Macron, "que, sin hijos, habría tomado una medida desesperada para garantizar la vitalidad de su envejecida nación". Ya en 2016 se habría realizado pruebas preliminares en Haití, antes de que el programa se desplegara en la RCA, donde estaría dirigido por el Primer Consejero de la Embajada de Francia, que en realidad sería un oficial de inteligencia. A continuación, los sexos robados serían trasladados en aviones militares a Francia y "escondidos en uno de los búnkeres secretos de Versalles". Una viñeta que falta en el artículo original ilustra su reaparición en las redes sociales: muestra al consejero de la embajada cargando cajas llenas de genitales masculinos en un camión rotulado como "Cargaison spéciale pour Emmanuel Macron" (Carga especial para Emmanuel Macron), cuya fotografía sobresale del bolsillo de la chaqueta del diplomático. Al fondo, un cartel explica la escena: "Un plan para robar los penes de los centroafricanos".

[6] Delphine Peiretti-Courtis, "Origines et survivances des stéréotypes raciaux : la construction d'une 'masculinité africaine'", De facto, nº 34, 2023.

Esta teoría de la conspiración puede parecer demasiado extravagante para que alguien le dé la más mínima credibilidad. Sin embargo, se basa en una serie de realidades que le dan visos de verosimilitud: el decreciente peso demográfico de Europa, la disminución de la frecuencia de las relaciones sexuales (la encuesta del IFOP mencionada en el texto existe realmente) y la preocupación de la sociedad por la "crisis de la masculinidad" (una respuesta reaccionaria ante el cambio de los roles de género). También recicla estereotipos raciales ampliamente compartidos: la hipervirilidad de los hombres africanos es, irónicamente, un cliché europeo que se remonta a la época colonial [6]. El artículo también utiliza el robo de sexos y la situación actual en la República Centroafricana como pretexto para difundir un discurso antifrancés. Pretende aprovechar la popularidad del rumor para dar que hablar. Es una historia impactante que capta la atención por su carácter insólito, pero también por su poder evocador: cristaliza inquietudes subyacentes en torno a la masculinidad, el anonimato urbano y los extranjeros. Incluso cuando se la considera falsa o dudosa, despierta interés. En cualquier caso, no necesita ser considerada verdadera para que se difunda. De hecho, es precisamente porque la gente no sabe muy bien qué pensar al respecto que se siente impulsada a comentarla con los demás.

[7] Luise White, Speaking with vampires. Rumor and history in colonial Africa, Berkeley, University of California Press, 2000.

Aunque la fake news aprovecha el éxito de los rumores, la tesis que propone para explicarlos tampoco es una idea nueva. Explota teorías conspirativas muy extendidas, que además son muy evocadoras: Occidente habría puesto en marcha programas secretos para despoblar África; las epidemias de sida, ébola, covid-19 y, actualmente, mpox se habrían propagado deliberadamente por el continente; estos virus incluso se habrían creado desde cero con este fin en laboratorios; ocultas tras una máscara humanitaria, las campañas médicas de las ONG internacionales tendrían como objetivo propagar el mal afirmando que lo curan. Estas teorías conspirativas se reavivan con cada nueva epidemia. Apenas una semana antes de la operación de desinformación sobre el robo de sexos, "RCA aujourd'hui" difundió otra noticia falsa titulada "La République centrafricaine serait-elle un terrain d'essai de Médecins Sans Frontières (MSF)" (contenido eliminado desde la publicación del artículo), insinuando que la ONG francesa era responsable de la propagación del Mpox en el país para poder probar vacunas experimentales. En realidad, esta desconfianza se remonta a la colonización, como demuestran los temibles rumores que ya circulaban en el continente sobre las inyecciones y, más en general, sobre las prácticas de la medicina colonial [7]. De hecho, África se utilizó como campo de pruebas médicas, por ejemplo durante las campañas para erradicar la enfermedad del sueño [8]. La teoría de una conspiración occidental para despoblar África también se hace eco de una memoria histórica aún viva, de la cual constituye, en cierto modo, una caricatura exagerada: la trata de esclavos, seguida de la colonización, provocó un estancamiento e incluso una regresión demográfica (en el caso de esta última, debido al trabajo forzado, los desplazamientos de población y las epidemias).

[8] Guillaume Lachenal, Le médicament qui devait sauver l'Afrique. Un scandale pharmaceutique aux colonies, París, La Découverte, 2014.

La teoría de la conspiración tiene la ventaja de proporcionar la explicación que faltaba para el robo de sexos. El rumor habitual no dice nada sobre el motivo de los robos, sino que deja que la imaginación colectiva rellene los espacios en blanco. Durante mi investigación, la mayoría de las personas con las que hablé que consideraban que el fenómeno era real coincidían en que los robos de sexo habían sido sin duda ordenados por "peces gordos", políticos dispuestos a hacer cualquier cosa para mantenerse en el poder y enriquecerse, aunque ello supusiera sacrificar a la gente de a pie en el altar de su egoísmo. Este es un registro explicativo muy común asociado a la brujería. Está en el centro de los casos de "crímenes rituales", por ejemplo, y los rumores de robo de sexo son muy similares. Despojada de su folclore fantástico, la brujería es la expresión de un imaginario moral que gira en torno a los temas de la desigualdad, el poder, la riqueza y los sentimientos de injusticia que ello genera. Al explicar el rumor en términos de teoría de la conspiración, la fake news retoma el motivo de la denuncia de las corruptelas de los poderosos, pero desvía la acusación de las élites nacionales hacia los occidentales, Francia y Emmanuel Macron en particular. La conclusión del artículo añade una última capa de significado al rumor al proponer una generalización. El robo de sexos forma parte de la continuidad histórica de la explotación del continente africano por parte de Francia, tanto de su población como de sus recursos naturales:

"Si esta hipótesis es correcta, esta situación ilustraría una nueva forma de explotación: los franceses, que han oprimido a las poblaciones africanas durante siglos, no se detendrían ante nada. Explotar los recursos africanos -petróleo, gas, oro, litio, diamantes, cromo y platino- no habría sido suficiente. A partir de ahora, atacarían lo más preciado del ser humano: su derecho inalienable a reproducirse, a fundar una familia y a asegurar su futuro."

El robo de sexos se presenta como una especie de extractivismo vital, por analogía con el extractivismo minero y petrolero. Aunque la extracción y la exportación de los recursos del continente benefician de hecho a potencias extranjeras (entre ellas Rusia), sólo Francia está en el punto de mira. El rumor sirve de pretexto para denunciar el neocolonialismo de Francia en África, un leitmotiv explotado a placer por la propaganda rusa, porque toca la fibra sensible de una franja de la opinión pública.

Poner a prueba la desinformación

En última instancia, la noticia falsa deriva su consistencia de representaciones socioculturales preexistentes que simplemente retoma y reordena: tales como los rumores de ladrones sexuales, los estereotipos raciales o la teoría de una conspiración occidental contra África. Su inverosimilitud fáctica, más allá de algunos tenues elementos de fondo, se ve compensada por su poder evocador. La historia da sentido al robo de sexos otorgándole un valor moral y político: convierte un rumor insólito en un apólogo sobre los males del neocolonialismo. Pero, ¿cómo fue recibida esta historia, que sirve a los intereses rusos en África, por el público al que iba dirigida? ¿Qué efectos -fuertes o débiles- tuvo la operación de desinformación en la opinión pública? Este es un debate central en los estudios sobre el poder de la propaganda y, más ampliamente, la influencia de los medios de comunicación.

Podemos evaluar la acogida de la fake news a partir de las reacciones de los internautas en las redes sociales. Su redifusión en la página de Facebook "RCA aujourd'hui" suscitó un centenar de comentarios. Estos comentarios expresan opiniones diversas sobre la información y su condición de verdad. Algunos estaban de acuerdo con la tesis expuesta en el artículo (o al menos con la parábola política que contenía) y expresaban su indignación: "Es despreciable este tipo de tráfico😡 "; "Los del gobierno francés son unos guarros"; "Maldito sea el día en que Emmanuel Macron se metió en los ovarios de su madre"; "Primero nuestra tierra y ahora codician nuestros cuerpos. El hombre blanco🙄😏". Pero estas opiniones fueron menos numerosas que las que denunciaban la falsedad del artículo (respectivamente el 16% y el 23% de todos los comentarios): "¡Qué chorrada!"; "Tonterías"; "Es increíble que se digan semejantes disparates sin la menor prueba!". Algunas personas también son conscientes de que se trata de una operación de desinformación: "Fake New[s], ¿desde cuándo se utiliza el pene de una persona para sustituir el de otra? Vuestra propaganda es falsa"; "Información falsa. Basta decir que formáis parte de los individuos que quieren desestabilizar la paz y la tranquilidad de la República Centroafricana"; "Vuestros jefes rusos han hecho un buen trabajo y Facebook se lleva el dinero de los Wagner".

Muchos internautas cuestionaron o pusieron en duda el artículo, señalando la falta de pruebas (18%): "🙆 ¿De verdad?"; "Sin verificar"; "¿De qué va esto? ¿Hay alguna prueba?" A unos pocos les hizo gracia esta extravagante teoría de la conspiración (4%): "Sois realmente estúpidos🤣 ", "Al CAR le faltan penes desde hace mucho tiempo". Esto revela que las teorías de la conspiración, los rumores, las leyendas urbanas y otras noticias falsas circulan porque hacen reír, no porque se tomen en serio. Un pequeño porcentaje de personas se mostró perplejo (9%), sin que fuera posible determinar si su asombro expresaba incredulidad o indignación: "¿En qué se está convirtiendo el mundo?", "Quéeeeee????". Por último, casi un tercio de los comentarios no emiten ningún juicio epistémico. En resumen, dominan la incredulidad, el escepticismo y la burla, mientras que el apoyo a las teorías conspirativas sigue siendo minoritario. Lo mismo ocurre con el robo de sexos en general: suscita tantas dudas como creencias.

Como ya he mencionado, varios medios de comunicación tanto africanos como interesados en las noticias del continente publicaron rápidamente artículos desmintiendo la falsa noticia y señalando que se trataba de una operación de manipulación, siguiendo el ejemplo de los servicios de verificación de datos de Les Observateurs, plataforma colaborativa del canal internacional de noticias France 24, y de Radio Ndeke Luka, medio de comunicación centroafricano certificado por la Journalism Trust Initiative, puesta en marcha por Reporteros Sin Fronteras. Esta verificación periodística tuvo un efecto concreto, ya que condujo a que Bamada.net retirara la noticia falsa diez días después de su publicación en línea. El 7 de noviembre, el sitio publicó una "aclaración a raíz de un artículo no verificado":

"Estimados lectores, el 28 de octubre Bamada volvió a publicar un artículo titulado "República Centroafricana: desapariciones inexplicables de partes íntimas de hombres: ¿Francia bajo sospecha?". Se utilizó el tiempo condicional para informar de los elementos del artículo, pero los redactores no verificaron la información. Es muy probable que se trate de información falsa, y en este contexto hemos preferido suprimir el artículo".

[9] Les Observateurs de France 24 es uno de los socios mediáticos de Facebook para el fact-checking. Mark Zuckerberg acaba de anunciar que estas colaboraciones finalizarán en enero de 2025 en nombre de la «libertad de expresión», en el contexto del regreso de Donald Trump a la Casa Blanca.

Detrás de la apariencia de honradez y respeto de la ética profesional, todo hace pensar que el comunicado de prensa es en realidad hipócrita. Parece que la retractación se había anticipado desde el principio y que, por tanto, los redactores sabían que la información era falsa, como demuestra el uso engañoso del condicional periodístico, un uso tan artificial que resulta abusivo (por ejemplo: "algunos habrían dicho que el órgano desaparecería por completo, mientras que otros habrían afirmado que sólo se reduciría"). Todo el texto se redactó sistemáticamente en condicional para diluir de antemano la responsabilidad de los redactores del sitio web de noticias (mientras que la versión inglesa publicada en Nigeria sólo utilizaba el indicativo). Puede parecer un gran truco, pero permite al sitio dedicarse a la desinformación dando al mismo tiempo la ilusión de ser un medio de comunicación serio, capaz de admitir sus errores. En cualquier caso, el artículo retractado ya no está disponible en la página web de Bamada. Lo mismo ocurre con las redifusiones en Facebook, que ahora son parcialmente inaccesibles: el texto aparece difuminado y cubierto por un cartel que indica que se trata de "información falsa". Debajo, un enlace alternativo remite al artículo de France 24 Observateurs, claramente etiquetado como "medio de verificación" [9]. Todavía es posible acceder a la fake news original, pero ello requiere varios clics y la lectura de una segunda advertencia.

La refutación de la noticia falsa por el periodismo de verificación de datos provocó un contraataque. En varios grupos de Facebook dedicados a la República Centroafricana (aquí y aquí), un internauta acostumbrado a retransmitir propaganda rusa publicó el 4 de noviembre el siguiente mensaje: "Recientemente, los medios de comunicación y los líderes de opinión franceses se han apresurado a acusar a los rusos de difundir 'fake news' y mensajes propagandísticos sobre el robo de sexos en la RCA. Sin embargo, la falta de pruebas sólidas sugiere que fue Francia quien lanzó las fake news para acusar a Rusia, su principal rival en África". La tesis también fue retomada por un medio de comunicación marfileño. Esta mise en abyme de la desinformación permite acusar al objetivo de manipulaciones que uno mismo comete. Es una estrategia probada: los sitios web de noticias prorrusos acusan regularmente a los medios de verificación de datos de difundir noticias falsas y propagar el odio en línea. Esto recuerda al uso que hace Donald Trump del término fake news, acusando de desinformación a los medios que refutan sus mentiras, errores o aproximaciones: "¡Sois fake news!". Esta retórica orwelliana pretende impedir la distinción entre verdad y mentira sembrando la confusión y polarizando la opinión pública.

A pesar de este contraataque, parece que la operación de desinformación sólo tuvo un impacto limitado. La explicación conspirativa del robo de sexos probablemente no convenció a mucha gente, como sugiere el escepticismo de las reacciones en las redes sociales. Teniendo en cuenta el peso del sesgo de confirmación en la opinión política, podemos suponer que sólo las personas que ya eran hostiles a Francia se tragaron la teoría conspirativa presentada en el artículo, o al menos fingieron hacerlo para poder expresar mejor su indignación. Dicho esto, es probable que el objetivo de la desinformación no sea tanto convencer como llamar la atención y dar que hablar. En este sentido, la operación puede parecer un éxito: la fake news se publicó simultáneamente en francés e inglés en la prensa maliense y nigeriana; fue recogida y comentada en las redes sociales; fue detectada y refutada por columnas de verificación de datos, lo que constituye una forma de visibilidad, aunque sea negativa. Pero en realidad, la difusión de la noticia falsa y su exposición pública fueron relativamente limitadas. Su visibilidad es artificial, como demuestran los falsos likes. Las comparticiones y redifusiones son esencialmente obra de los propios manipuladores. Por tanto, las fake news han permanecido encapsuladas en la esfera prorrusa y no han encontrado su camino en los medios de comunicación más convencionales, condición necesaria para llegar a un público amplio.

Rumor versus fake news

Julien Bonhomme es antropólogo y director de estudios en la École des Hautes Études en Sciences Sociales de París. Su trabajo gira en torno al poder de la palabra en la sociedad. Basándose en el trabajo de campo realizado en Gabón y Senegal, sus investigaciones se centran en el discurso religioso, la circulación transnacional de rumores y la producción y recepción de información periodística. Es autor de Le Miroir et le Crâne. Parcours initiatique du Bwete Misoko (CNRS éditions, 2006); Les Voleurs de sexe. Anthropologie d'une rumeur africaine (Seuil, 2009); L'offrande de la mort. Une rumeur au Sénégal (CNRS éditions, 2017 - con Julien Bondaz); Le Champion du quartier. Se faire un nom dans la lutte sénégalaise (Mimésis éditions, 2022).

Esto nos da una idea de lo que distingue el rumor original del robo de sexos de su resurgimiento en forma de noticias falsas. No es una diferencia de medio. Por supuesto, el rumor se difunde de boca en boca, mientras que la fake news está consustancialmente ligado a los medios de comunicación de masas, porque pretende hacerse pasar por una información como la que producen los medios tradicionales. Sin embargo, los rumores también pueden ser transmitidos por los medios de comunicación. La prensa escrita, la radio, la televisión y, más recientemente, Internet y las redes sociales han constituido una formidable caja de resonancia para las historias de robos sexuales. Son vectores clave para la difusión de rumores. No es casualidad que el rumor, que comenzó en Nigeria en los años 70, no se internacionalizara hasta los 90, con la liberalización del sector de las comunicaciones y el auge de la llamada prensa popular. Pero los periódicos no inventaron la historia del robo de sexos, simplemente dieron publicidad al rumor y a los incidentes que desencadenó. En resumen, un rumor puede ser cubierto por los medios de comunicación, mientras que una noticia falsa es, por definición, un fenómeno mediático.

Esta diferencia está vinculada a otro rasgo distintivo: la difusión de un rumor es espontánea, mientras que una noticia falsa presupone la intención de engañar. Un rumor es una información dudosa y no contrastada, pero generalmente se transmite de buena fe. Los rumores pueden explotarse, pero, como ocurre con la cobertura mediática, esto es secundario. El rumor del robo de sexos se ha utilizado a veces con fines xenófobos, como cuando un periódico camerunés tituló en 1996: "La ciencia lo confirma. Se abre la caza a los ladrones de sexo nigerianos", suscitando el odio y la violencia contra ellos en un contexto de disputas fronterizas entre ambos países. Por el contrario, una fake news es una información deliberadamente falsa o engañosa, fabricada y difundida para servir a una causa ideológica. En este sentido, es comparable a la propaganda. En resumen, un rumor falso es en la mayoría de los casos información errónea, mientras que una fake news es siempre desinformación (información engañosa).

Esto se traduce en una dinámica de distribución distinta. Los rumores se propagan en ráfagas episódicas. La sinergia del boca a boca y la cobertura mediática contribuyen a la dinámica epidémica del robo de sexos. Los incidentes son la fuerza motriz del efecto bola de nieve. Como una profecía autocumplida, la circulación del propio rumor da lugar a incidentes: al producirse en el espacio público, estas acusaciones, reuniones y actos de violencia son la ocasión de testimonios que, al circular a su vez (incluso en los últimos años a través de vídeos colgados en las redes sociales), relanzan aún más el rumor. Estos testimonios hacen que el rumor pase a un régimen de prueba distinto del simple 'se dice' y, por tanto, refuerzan su credibilidad. La fake news también necesita que se le considere fiable, por lo que recurre a fuentes autorizadas, pero éstas son falsas: falsos testimonios y, sobre todo, falsos expertos con falsos diplomas, falsas instituciones de investigación y falsos estudios científicos. La desinformación reivindica la autoridad de la ciencia, aunque sea para socavarla distorsionándola.

[10] David Chavalarias, Toxic Data. Comment les réseaux manipulent nos opinions, Paris, Flammarion, 2022.

A pesar de estos esfuerzos por falsificar la verdad, en muchos casos la noticia falsa no cuaja y su difusión sigue siendo limitada porque su artificialidad es demasiado evidente. Es ciertamente difícil juzgar la intención de engañar, sobre todo porque una noticia falsa puede haber sido fabricada de manera engañosa, pero luego ser retransmitida de buena fe por terceros. Este es el objetivo de cualquier operación de desinformación. Pero historias de éxito como ésta probablemente no son tan comunes, y la influencia de las noticias falsas debe ser puesta en perspectiva. La noticia falsa sobre los robos de genitales lo sugiere en cualquier caso: quienes la produjeron no consiguieron hacerla circular mucho más allá de sus propios círculos, ya que sólo fue retransmitida por las propias redes prorrusas. El ecosistema de Internet facilita la desinformación (proliferación de páginas web de noticias, intercambio instantáneo en las redes sociales, burbujas de filtro, fábricas de troles, etc.) [10]. Pero también puede limitar su alcance real. Nacida en un rincón de la web, una noticia falsa suele quedarse ahí. El falso artículo sobre el robo de sexos intentó sacar partido de la reciente actualidad del rumor en la República Centroafricana, pero como era demasiado exagerado y estaba desfasado en el tiempo, no logró reactivar su difusión espontánea en el país. En definitiva, aunque un rumor puede servir para crear una noticia falsa, es mucho más difícil transformar una noticia falsa en un rumor.


Este texto apareció por primera vez en la revista francesa La Vie des Idées el 8 de abril de 2025.