El escenario del horror y de la ternura
SujetHalim Youssef | Liebe im Schatten der dunklen Flaggen | Sujet Verlag | 233 páginas | 19,80 EUR
"En medio de la muerte, a veces florece algo que es más fuerte que cualquier bandera." – Halim Youssef
Halim Youssef, vidente kurdo de las escarpadas profundidades de Siria, afincado desde el cambio de milenio en las silenciosas extensiones de Alemania, teje en Liebe im Schatten der dunklen Flaggen (El amor a la sombra de las banderas negras) un tapiz de estruendosa conmoción y delicadísima ternura. Su novela funde el laberinto nocturno de la guerra con el tímido parpadeo del amor, un núcleo ardiente que brilla inextinguible incluso bajo la armadura de la violencia. Escrita en kurdo, ya un faro triunfal, esta obra se eleva muy por encima del umbral de una simple historia de amor: es un trueno literario, una efigie indestructible de resistencia, dignidad y feminidad invencible.
El escenario se abre en la región fronteriza entre Siria e Irak, donde las banderas negras del llamado Estado Islámico (EI) cubren el aire como un velo mortuorio. Entre muros derruidos, arena dorada y un silencio sobrecogedor, se entrelazan los hilos del destino de Rodi, un combatiente kurdo por la libertad, y Perwin, una guerrillera de las YPJ cuyo coraje está forjado con el mismo metal indestructible que su dolor oculto. Su amor, surgido de las grietas del miedo, florece en efímeras perlas de belleza: una mirada furtiva, un secreto susurrado, una noche bajo el diamantino firmamento estrellado del desierto.
Youssef traza este universo con una lengua afilada, cortante como una cimitarra y, sin embargo, impregnada de una poesía abisal. Sus frases, cortas y agudas, como si estuvieran sumergidas en polvo y pólvora, se precipitan en abismos líricos, instantes en los que el propio texto se congela, conteniendo el aliento para poner en palabras lo innombrable. La traductora Elisabeth Ruetz conserva esta vibración como un santuario sagrado: transfiere no solo las sílabas, sino los latidos de la resistencia, las grietas del silencio, el parpadeo entre la esperanza y el abismo.
Perwin se alza como el centro oculto de este cosmos. No es una víctima idealizada, sino una mujer de carne palpitante, sangre que fluye y recuerdos hechos jirones. En ella cristaliza lo que Youssef infunde a su pueblo: la alquimia de forjar chispas de vida a partir de las cenizas. Su amor por Rodi no es un bálsamo calmante, sino un acto de renuncia a sí misma, frágil como el cristal, contradictorio como una tormenta, teñido de culpa y miedo y, precisamente por ello, de una autenticidad sobrecogedora.
A veces, la intensidad de la trama abruma al lector: los minuciosos murales propagandísticos del EI y el infierno de la guerra pesan como planchas de plomo y apenas permiten respirar. Sin embargo, la roca moral de Youssef se funda en esta intransigencia. Nos obliga a sostener la mirada. Su literatura no es un refugio para la evasión, sino un campo de batalla implacable.
En el eco: Liebe im Schatten der dunklen Flaggen (El amor a la sombra de las banderas negras) sigue vibrando —en imágenes que resplandecen, en voces que susurran, en silencios que retumban. Halim Youssef crea poesía contra el olvido, contra el mutismo. Su prosa es al mismo tiempo denuncia e himno, crónica y liturgia. Para quienes saben percibir los matices de las sinfonías de Hisham Matar o Khaled Hosseini, esta obra es una joya, y una amarga prueba es su atuendo más sublime.
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El original en kurdo puede descargarse aquí: