La historia detrás de la historia
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Radha Vatsal es autora de las novelas de misterio Kitty Weeks, ambientadas en Nueva York durante la Primera Guerra Mundial. Ha publicado artículos en The New York Times, The Atlantic, Los Angeles Review of Books y CrimeReads, entre otros. Nacida y criada en Mumbai (India), Radha se doctoró en historia del cine por la Universidad de Duke. Aprendió a hablar ruso con fluidez en la Casa de la Cultura Soviética de Bombay. Actualmente, Radha vive y trabaja en Nueva York.
Los neoyorquinos de principios del siglo XX seguramente conocían el nombre de Mock Duck, el gángster que aterrorizaba Chinatown. En 1907, con apenas veinte años, ya era una leyenda. Como observa Archana Morley, la narradora de No. 10 Doyers Street: "Sus ojos muertos e inexpresivos miraban desde el dorso de los naipes y las cajas de cerillas de recuerdo. Los niños de la calle cantaban cancioncillas en su honor. Decían que podía oír la caída de un alfiler, ver lo que había a la vuelta de las esquinas y que su piel, gruesa como la de un rinoceronte, lo protegía de cualquier herida."
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Me topé con Mock Duck por casualidad, mientras investigaba a un asistente social de la Sociedad para la Prevención de la Crueldad contra los Niños que intentaba cerrar los Nickelodeons (cines de la era muda) porque creía que eran caldo de cultivo para el vicio. Cuando introduje el nombre del asistente social en la base de datos histórica del New York Times, una de las historias que encontré relataba, con un extraño estilo racista, cómo este hombre, Vincent Pisarra, irrumpió en la casa del gángster Mock Duck en el número 10 de la calle Doyers y se llevó a su hija adoptiva de seis años, Ha Oi.
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Lo que siguió fue un proceso judicial en el que la Sociedad alegó que la niña era blanca y, por tanto, no debía vivir en Chinatown; mientras que Mock Duck y su mujer insistían en que su hija era mestiza. La historia me cautivó de inmediato -podía sentir la angustia de los padres de la niña-, pero también me impactó el hecho de que la disputa sobre su identidad tuviese lugar justo cuando la ciudad quería demoler Chinatown.
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Comencé a indagar más y, como Archana, descubrí que "aunque [Mock Duck] había estado involucrado y había sido detenido por docenas de delitos, siempre se las arreglaba para presentar una coartada sólida o contratar a abogados expertos y salir airoso de la situación. En una ocasión, cuando fue identificado por un testigo blanco, Mock sostuvo que el testigo debía de estar equivocado, ya que todos los chinos tenían el mismo aspecto para los estadounidenses. Sus estrategias dieron resultado: nunca fue condenado".
Un par de periódicos, incluido el New York Times, cubrieron la batalla de Mock por la custodia de su hija. Cada uno ofrecía relatos ligeramente diferentes de lo sucedido. Algunas de las escenas que describían parecían inventadas o, al menos, exageradas. Desde el principio decidí incluir en la novela las distintas versiones de los periódicos porque ilustran claramente cómo cambia la historia dependiendo de quién la escriba.
Lo más difícil a la hora de contar la historia del Mock Duck fue decidir quién sería exactamente el narrador. Tendía que ser alguien que no se alineara con los prejuicios de la época, alguien que pudiera empatizar con Mock como forastero porque él o ella también lo fuese.
Al principio, intenté transmitir mi perspectiva -la de una inmigrante india en Estados Unidos- a través de un narrador sin nombre ni rostro, pero no funcionó. El problema era que no podía imaginarme a una persona de la India, y mucho menos a una mujer india, en Nueva York en aquella época. Finalmente, en un acto de desesperación, decidí que, dado que Nueva York era una ciudad portuaria de dos millones de habitantes, no era del todo imposible que al menos uno de ellos fuera de la India.
Level Best - HistoriaRadha Vatsal | No. 10 Doyers Street | Level Best Historia | 244 páginas | USD 27,95
En cuanto tomé la decisión de imaginar a Archana, la historia fluyó. También descubrí que la realidad acompañaba: varias mujeres de la India, entre ellas la estudiante de medicina Anandibai Joshee y la erudita Pandita Ramabai, habían viajado a Estados Unidos a finales del siglo XIX y habían escrito sobre sus experiencias.
Así que es Archana Morley, una mujer cuya profunda alteridad le permite moverse entre mundos diferentes, quien cuenta la historia de Mock Duck, su hija y una ciudad en rápida transformación. Porque, por supuesto, la criminalidad de Mock Duck y su negativa a someterse a la ley es la razón por la que las autoridades quieren quitarle a su hija y destruirlo a él y a todo Chinatown: ven tanto al hombre como a su barrio como una amenaza para el lugar moderno, racional y ordenado en el que esperan que se convierta la ciudad de Nueva York.
Si las autoridades tienen éxito y cómo, o si Mock Duck consigue burlarlas, como ha burlado a tantos otros, es la cuestión que impulsa la novela.
Citas de No. 10 Doyers Street por Radha Vatsal