Un poco de ansiedad no es tanta ansiedad después de todo
El 41,7% de los adolescentes en ocasiones se siente inútil y el 61,5% tiene miedo a equivocarse. Pero lo que llama la atención es hasta qué punto desconfían del resto. Según un estudio realizado por la Universidad de Bielefeld en 2022, dos tercios de los adolescentes (63,6%) no confían en los demás.
ArctisAlexander Kielland Krag | Eben auch nur ein wenig Angst | Arctis Verlag | 224 páginas | 16 EUR
Nur ein wenig Angst (Sólo un poco de ansiedad) de Alexander Kielland Krag es una novela juvenil que aborda el tema de la ansiedad. Es el trastorno que paraliza a Cornelius, que está en proceso de convertirse en un adulto y desde cuyo punto de vista se narra esta historia. Él desea huir de la ansiedad: del entrenamiento de fútbol, de la escuela y de sus amigos, pero éstos insisten en acercarse a él y son tantas las veces que él los rechaza, que acaban por resentirse. Leyendo este libro, me sentía como uno de los amigos de Cornelius, como Aksel u Oliver, y pensaba: "¡Oh, tío, qué estás haciendo, vamos!". Cornelius no se lo pone fácil a quienes tiene alrededor: se bloquea, se aísla, grita, todo gira en torno a sí mismo y a su miedo y percibe casi cualquier atención como acoso.
Supongo que esa es la intención del autor, que el lector se sienta al principio como los amigos y se percate de lo difícil que es entender la ansiedad cuando no se experimenta personalmente, por que sólo al final estos empiezan a darse cuenta de lo que está pasando realmente. Aksel le pregunta a Cornelius qué parte de su cuerpo estaría dispuesto a entregar a cambio de perder la ansiedad para siempre, y después de la respuesta de Cornelius, los amigos empiezan a intuir, igual que yo, lo implica la ansiedad: esa pequeña angustia es un peso increíblemente grande, casi imposible de soportar.
Me siento atrapado por segunda vez cuando Cornelius dice que sabe lo que su padre piensa de él y de su generación: que los jóvenes de hoy lo tienen fácil y poseen todo lo que la generación anterior sólo podía haber soñado. Pero entonces se yuxtaponen dos listas, la de lo que se podría pensar que la Generación Z tiene a su favor y la de lo que ellos mismos piensan: los estándares son demasiado altos, las redes sociales, la presión, el miedo. El sentimiento de ansiedad es tan dominante para la Generación Z que actualmente es una de sus características definitorias.
Me preguntaba cómo leerían los jóvenes de la edad de Cornelius Nur ein wenig Angst, sobre todo las chicas, y si el enfoque del tema era el adecuado o les ayudaba a comprender (mejor) este fenómeno. Porque tanto Elly como Carla, (las voy a llamar así), estaban familiarizadas con la ansiedad: la que les provoca el estresante sistema escolar bávaro (están cursando el undécimo curso), y quizás también los grupos, pero en cualquier caso, ansiedad por no ser capaces de estar a la altura de las altas expectativas autoimpuestas.
Como tenía tantas dudas como lector adulto, me reuní con Elly y Carla durante algo menos de una hora y hablamos sobre Nur ein wenig Angst. A ambas les pareció un libro "que se lee rapidísimo", lo terminaron en uno o dos días. El hecho de que el protagonista fuera un chico tenía una doble implicación para ambas. Se alegraban de que se rompiera el tópico de que los hombres no tienen miedo, porque creen que este estereotipo aún persiste en la mente de demasiada gente. No hubieran querido necesariamente una protagonista femenina para el libro pero, en general, les gustaría ver más protagonistas femeninas que se ajusten a menos clichés de roles y que tengan múltiples capas, tantas como Cornelius en este libro. Es un esfuerzo que habría que dedicar también a las protagonistas femeninas.
Los chicos desempeñan el papel decisivo en el libro. Esto se debe a que el protagonista es un chico de 17 años y son principalmente chicos u hombres los que aparecen, como los amigos Aksel, Oliver y el padre, así como el médico que receta las pastillas a Cornelius.
Las mujeres juegan un papel más marginal, pero sin duda importante. La novia, Lea, es la primera en reconocer el trastorno de ansiedad. Ella está en estrecho contacto con su hermano, que también sufre de estrés psicológico severo. Y luego está Emilie, a quien le gusta Cornelius y hace por estar cerca. Sólo quiere estar con él, pero también es empática y comprensiva y contribuye a quitarle presión porque le da el espacio que él necesita. Por último, la psicóloga es también una oyente comprensiva, alentadora y tranquila. "Otro cliché femenino", dicen Elly y Carla. Empatía, comprensión, aceptación pertenecen al bando de las mujeres.
Las dos reaccionaron muy positivamente la temática en sí. Ambas han experimentado ansiedad, pero nunca antes se habían topado con este tema en la literatura o el cine. En cualquier caso, consideran que el libro puede leerse en la escuela para concienciar sobre este asunto, pero también para animar a la gente a verbalizarlo. No cabe duda de que el libro lo conseguirá. Esto lo convertiría en un libro adecuado para toda la clase, y sin duda podría ser de lectura "obligatoria". Además, el libro es corto y muy fácil de leer.
El libro además aborda la ansiedad de forma certera. Ninguna de las dos consideró una debilidad que los miedos de Cornelius sean tan importantes que otros temas (la familia, la amistad, el amor, las primeras experiencias sexuales) sólo jueguen un papel en este contexto.
Ambas fueron capaces de familiarizarse con la ansiedad. No habían experimentado náuseas en la misma medida, pero les parecieron bastante inocuas frente a los síntomas que ellas asociaban a este trastorno, que para Elly consistían en una fortísima sensación de opresión en la zona del pecho y que Carla no fue capaz de definir. Sin embargo, para ellas esto no es tanto una crítica como una experiencia interesante.
A ninguna de las dos le llamó la atención el lenguaje, aunque a veces es muy breve y conciso y las intervenciones no están marcadas, algo a lo que a Elly le costó un poco acostumbrarse al principio, pero no por mucho tiempo. Ambas estaban tan absortas en la lectura que el lenguaje parecía ser el adecuado, porque la hacía muy fácil. Para ambas, el lenguaje también se adapta a Cornelius, que lo bloquea todo.
Sin embargo, ninguna de las dos le ponía al libro la nota máxima: sólo un 7,5 sobre 10, y coincidían sorprendentemente en este punto, porque les pareció que la salida de la trampa de la ansiedad había sido demasiado fácil. Elly incluso pensaba que estaba presentado de forma "infantil" y, por tanto, que era más adecuado para lectores de unos 12 o 13 años, pero no para su edad. Les pareció que el entorno de Cornelius era demasiado comprensivo y que recibió apoyo terapéutico con sorprendente rapidez. El círculo de amigos también era estable y estaba implicado. Elly y Carla pensaban que todo era demasiado positivo y fácil y que, según su experiencia, no es así en absoluto.
La experiencia de Elly fue que abrirse a los demás en realidad empeora las cosas, ya que simplemente no te entienden. Que te escuchen y te acepten con tus miedos, y obtener ayuda profesional, es algo que sólo ocurre mucho más tarde de lo que sucede en el libro, o tal vez no al principio. Habría estado bien un poco más de realidad y confrontación, y mostrar que no todo el mundo lo entiende, que la gente rara vez reacciona correctamente. El libro podría haber sido un poco más impactante. Le falta algo especial, algo imprevisto: quizá un poco de audacia.
En este sentido, Nur ein wenig Angst quizá se quede corto en su aproximación al tema, y puede que sea además demasiado pedagógico: mira, no es algo malo, ábrete, porque nadie te hará daño. Quizá adolezca de un poco más de valentía a la hora de abordar la ansiedad: es una mierda, te voy a mostrar lo dañina que es, puede salir mal, duele... ¡y aun así!