Nací como un cuerpo oculto

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Nací como un cuerpo oculto

Extractos de "El libro del cuerpo"...
Lamia Makkadam
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Lamia Makkadam

Lamia Makkadam es una poeta y traductora de Susa (Túnez). Empezó a escribir poesía a una edad temprana y estudió lengua y literatura árabes en la Facultad de Letras de Susa. Vive y trabaja en los Países Bajos desde hace más de veintisiete años. Ha trabajado como periodista, como locutora de Radio Nederland International y como traductora jurada para los tribunales neerlandeses. En 2000 fue galardonada con el Premio Al-Hijra y en 2001, en los Países Bajos, con el Premio Literario a la Migración.

Abrí los ojos en una zona oscura,
entre la tierra y el cielo.
No oí música, porque nací antes que toda música.
No lloré, porque no tenía dentro ninguna máquina que convirtiera la sangre en lágrimas.
Nací como un cuerpo oculto,
de una materia en descomposición que el sol dejó caer desde su corazón.
Crecí y maduré, como lo hacen las piedras.
Y cuando nací, vi primero en el espejo a una mujer.
Después pensé que era un hombre.
Y cuando recordé,
supe que no era más que un cuerpo.
***
La luz me atacó,
y encontró un par de ojos hundidos.
Luego el viento penetró en mí
y sacudió mi corazón de su lugar hasta que gritó,
gritó por alguien que lo salvara de la tormenta.
Desde ese día, no ha dejado de clamar.
El viento hizo correr la sangre por las venas,
el viento hizo hervir pensamientos bajo la piel,
y allí, entre la sangre y las venas
entre la verdad y su sombra, nació mi miseria,
a la que, con ironía, no llamé sino: placer.
***
Nadie me moldeó con sus manos
Nadie estuvo tras mi creación
Me creé yo misma por necesidad
Era áspera
Luego, con el tiempo, me volví dócil
Los espíritus, que de uno a otro espíritu fueron
Me domesticaron
Me dieron un nombre estrecho
Y adjetivos que no me contenían
Y hoy
Soy el sobrante, salvo por el nombre y su significado
Hablo, no como un crucificado
desnudo
o lisiado. 
Sino como piedras
que han almacenado todo tipo de saber
hasta volverse duras.
Un pecho perdido: una piedra en el fondo del mar
Una boca sin besos: una piedra en la boca de un pez.
Y en cuanto al enemigo más duro y cruel,
es un órgano que no se toca ni del que fluye agua alguna.
Es una piedra ignorante
Una piedra nacida de otra piedra
***
Hoy quiero hablarles de la prueba: 
Todo lo que es materia posee un espíritu eterno. 
Un espíritu hecho de materia pura. 
La prueba del cuerpo es el tiempo
La verdad está escondida en él,
en una especie de memoria palpitante
***
El pecho habló y dijo: 
Yo he amamantado a todos y nadie me ha amamantado a mí. 
Nací del contacto, y aún gateaba cuando una garra se clavó en mi espalda
y me hizo perder la capacidad de caminar. 
Me aferré como los árboles se aferran a un sueño
Resistí la tierra y su gravedad con mis sueños más pequeños
e insignificantes
una boca me mordió, y hablé por primera vez
No recuerdo lo que dije
pero bastó para me condenaran a muerte en una plaza pública
Fui ejecutado, ajusticiado, y mucha sangre manó de mi cuello
Fui crucificado por las extremidades como Cristo.
Grité
sólo para llorar por las manos que me habían abandonado
grité el día en que la tierra aprendió a ser madre y dejó de atraer el universo como un niño
los dientes que mordían mi pezón fueron la señal
que me enseñó el hambre
***
Luego la boca habló y dijo: 
me duele el amor 
los besos que sus portadores olvidaron enterrar antes de partir
los labios formando la primera idea de una respuesta
aunque lo que me habita y me mueve es el enigma interior
pero mi felicidad proviene de la idea de que detrás de todo hay un complejo enigma
que une todas las cosas
y que lo que atrae un labio a otro es el deseo
de entender
y de pensar en medio de un vasto mundo que no piensa.
Así también se opone mi interior a mi exterior
y así fui
no busqué alcanzar nada
No hay conciencia detrás de lo inexplicable
ni debajo, ni encima del
vacío
sin otra justicia más que la del azar y sus encuentros
Tenía una cabeza de agua que al entrar en la materia se desmoronaba, y en la piel se transformaba en río
la mayoría de nosotros seguimos el mismo camino
un camino que al final nos lleva
al abismo
donde todo se disuelve sin retorno
***
Luego la mano habló y dijo: 
Una vez más, ante la realidad de la memoria por un lado y la realidad del cuerpo por otro, soy yo quien propone la reconciliación y acaricia las heridas.
Sola, indiferente al que agravia y al que sufre,
al que cae y al que persevera.
Concentro todo mi esfuerzo en despertar el sueño muerto en los miembros muertos,
y desde mis dedos emito ese calor que devuelve cada cosa a su lugar
y cada pensamiento a su origen
que devuelve el amor al madre y a la padre
y al hijo al polvo.
No me importa la eternidad, ni me preocupan los finales, pero confío en la sangre
y en la ilusión. 
Quien no tenga alas, algún día las tendrá.
La carrera no es para el más rápido,
ni la batalla para el más fuerte.
***
El corazón no es sólo de naturaleza rebelde —es también quien intenta unir el todo con el todo,    
y de ahí nace la fe, aislada y serena. 
Equilibrio entre lo viejo y lo nuevo,
Una ecuación que llega a los límites de la prueba
Más atenta a lo perdido que a lo que se espera  
y es en este lugar donde se asienta.
De noche, el corazón sale a la intemperie para buscar la estrella, aún sabiendo que no está,
que nunca estuvo allí.
Pero no le gusta pensar en la lógica que gobierna la máquina exterior; prefiere perderse en luchas internas.
Hubo un tiempo en que era amplio, tanto que todo le parecía razonable,
hasta que se dio cuenta de que lo que le mantenía vivo era su continua pasión por la oscuridad.
Y antes de que el corazón hable, todos deben entender
que el corazón sólo habla en casos de extrema necesidad.
Y que no habla para decir algo concreto
sino para advertir del final.
Así que el corazón dice, poniendo la mano sobre su corazón:
En un libro verdadero, yo habría sido el partido comunista que defiende a los pobres
la bandera blanca que ondean los refugiados que cruzan las fronteras del tiempo y del espacio
El estribillo de un himno o de una canción que celebra la vida en el planeta Tierra. 
Y con paso del tiempo, habría sido la pequeña barca que llevó a todos a la orilla
sin que se ahogara una brizna de paja,
ni se cayera al mar un pintalabios del bolso de una niña.

Pero aquí, en este contexto, quiero decirles que siempre deseé ser una rueda de goma,
Un globo en el aire que las brisas se disputan
un zapato en la boca de un perro.
-
Deseé todo esto, y a través del desear deseos —
nacidos de la carencia— brotaron canales que conectaron mi interior con el interior de todo ser viviente
y mis poros con las aguas de la Tierra. 
Fui suave y tierno y, tras numerosos intentos, aprendí a ocupar el lugar de los proyectiles en las guerras,
y el de los virus en las epidemias.
Soy un corazón, y esto es evidente en todo lo que hago. 
Mi patria no es la materia, sino el alma. 
Podría haber nacido en medio de un río
y nadie habría notado la diferencia.


Extractos de El libro del cuerpo publicado por Dar Takween como parte de la serie "Eshrakat" supervisada y presentada por el poeta Adonis.