Como si no hubiera sido... Como si aún fuera

Leila Eid es una poeta y escritora libanesa que vive en Beirut. Conocida por su voz poética íntima, ha publicado dos libros de poesía y numerosos poemas en Facebook, y está considerada una de las poetas más importantes del Líbano contemporáneo.
Una larga sombra
Yo no era del todo un cuerpo.
Yo era un talismán andante.
Y deseos que tropezaban en las puertas de los amantes.
Todas las personas que amé
Se fueron como una cita en un sueño
Sólo dejaron una larga sombra
Arrastrando un suspiro en una lengua extinguida.
La partida no es sin un suspiro.
Un destello en los ojos
Una lágrima seca
La voz de mi madre mientras viajo
Guardo mis cenizas en una maceta de albahaca
Y espero
Quizá brote un pájaro de mi boca.
Atrapada en un trance de luz
Llamo a quien amo con un silencio que despierta la memoria.
Escondo mi rostro en el bolsillo de la noche
Como el alba cuando envejece.
No me preguntes mi nombre
Lo olvidé en la última despedida
Paso entre vosotros como el aire.
Me fui como la última estrella
Y las canciones de Fairuz
+++
Punto de luz
Nací de un viejo silencio
Poesía incompleta
Un punto de luz en busca de una posibilidad
Sostengo una estrella caída.
A dónde van los planetas cuando los amantes se ausentan.
Mi sombra son almas que no he vivido
Me preceden al pasado
O al futuro
Mi vida es un pequeño pensamiento
Mi muerte es una puerta
Y en la puerta hay un secreto
Cerca, duerme la respuesta.
Mi lenguaje se avergüenza del amor
Tomo prestado el silencio
Del largo abrazo
Recojo el tiempo como granos de arena
Lo dejo escurrirse
Como te escurriste tú.
Todo es fugaz, excepto mi pureza
Todo es efímero menos mi temblor.
Tus manos son como un rayo
Y tu rostro un recuerdo
Cuando hablé
La voz no fue liberación
Ni las palabras fueron salvación...
+++
Perdido entre dos muertes
Cruzo el tiempo como si no perteneciera
Ni a las estaciones perezosas
Ni a las ciudades desvaídas.
Camino hacia letreros lejanos
Mis pasos hacen germinar el tiempo
Doy a mi sombra historias bordadas o espejismos
Posibilidades del mañana o del ayer
Una niña que olvidó la contraseña
Tú, que pasas por el fuego del duelo
¿Se va la ausencia por donde empieza?
Las nubes son agua que devuelve la pregunta al origen de la pregunta
Si intentara huir de ti
Te encontrarías esperándome allí.
La partida es un nacimiento
Perdido entre dos muertes
Dejemos nuestros nombres
Dos estrellas dormidas en la primera oscuridad.
La verdad está más cerca que el sueño.
No hay nombres en esta dimensión.
+++
Guardianes de la memoria
Recuérdenme.
Como si atraparan mi aliento en las nubes
Cuando el viento les llame desde un destello de luz
Si atraviesan la nostalgia
Y la pena roza su frente.
Un diluvio de nombres no basta, tampoco la lágrima
Envíen sus voces como estrellas oscuras.
Melodías no cantadas.
Como la fractura de un rayo en los ojos del horizonte.
Soy la que pasó como una nube sin lluvia,
Pero que llevó agua en todo su dolor.
La que habitó las historias
Sin ser la heroína,
Ni la narradora.
La memoria no me devuelve.
Le da forma a la ausencia.
Le da resplandor a los rostros de aquellos a quienes no despedimos.
Recuérdenme como un susurro.
Que dudó un instante.
Y no se atrevió a convertirse en palabra.
Mi patria rota es mi sombra.
Y no hay puerto sino la ilusión de la espera.
El olvido camina por encima y por debajo de mí.
Muero en la flor de la vida...
+++
El suspiro de Dios
Abismo del secreto... y del aliento.
Ninguna forma me toca.
Ningún horizonte limita
La intuición de los planetas cuando se desvían.
Y el suspiro de Dios cuando creó el amor y a los poetas.
El aire escribe poemas.
Los olvida en las nubes...
Las estrellas cierran los ojos.
Tristes de ver el cielo desnudo de sueños.
El mar no hunde los barcos.
La devuelve a las historias
Olvidadas por las olas.
Añoro la luz en la ausencia de esquinas.
Me inclino ante las sombras errantes.
Las olas del éter.
Y el rayo azul
¿Cuándo nos encontramos?
No hay tiempo en los comienzos.
Abro sigilosamente la puerta de la galaxia
Como les gusta hacer a los gentiles transeúntes.
Despliego cruces erguidas.
Los himnos de los que se fueron
Y de los que llegaron
Soy su dispersión extendida
Con las manos abiertas
En la vastedad de la paciencia.
Redibujo los cuerpos celestes perdidos.
El universo aún no ha completado sus versos.
Nos encontramos en el vacío absoluto
Como un viento no mancillado por los gritos de guerra.
Una patria sin dimensiones.
Que rema mi alma
Hacia un lugar desconocido.
Recuérdenme
Cada vez que pase un espectro
Que no se parece a nadie.
Como si no hubiera sido.
Como si aún fuera.
+++
Beirut
Beirut no detendrá mi camino
Cuando despierte el volcán.
Mi mano derecha, nueve veces cercenada
La tiendo como carnada en la boca del silencio
Hasta que la lengua de fuego sienta hambre
Y la agarre como un látigo para azotar el tronco de mi poema.
Te beso con la mano izquierda
Hasta que vivas.
Y mi boca, que se creyó de hielo,
Recuperará su color
Como las amapolas...